La nación vecina pretende conservar plantas ancestrales frente a la amenaza de la llamada biopiratería
La Comisión Nacional Contra la Biopiratería de Perú está buscando trabajar de la mano con el Estado para proteger a especies ancestrales y los conocimientos indígenas asociados a estas, de iniciativas internacionales, para sacarles provecho económico. Esta entidad, comprendida por ONGs, organismos estatales ligados al Ministerio del Interior y grupos de investigación, quiere impedir que otros se lucren de su riqueza natural.
El gobierno peruano encontró que en el extranjero se estaban solicitando patentes para la cosecha de especies como la maca, el sacha inchi y la mashua. La biopiratería busca explotar el interés que generan estas especies, gracias al auge de los productos nativos en la industria de la salud y el bienestar, que los cataloga como superalimentos.
Otra estrategia busca aumentar la participación de los indígenas en la protección de las especies, que son parte intrínseca de sus culturas. Están intentando controlar la salida por las fronteras de las especies nativas, una tarea muy difícil, pues no toma mucho esfuerzo sacar información genética del país; tan solo se necesita una semilla o productos disfrazados como tratamientos medicinales.
Perú se ampara en el Convenio de Diversidad Biológica de Río de Janeiro en 1992, en el cual se estableció que los estados tenían derechos de soberanía sobre sus recursos genéticos. Eso quiere decir que las especies nativas son patrimonio de cada nación.
El uso de los recursos genéticos se debe dar con consentimiento previo de las autoridades competentes y garantizando la compensación por la adquisición del producto y parte de las ganancias que este genere.
Esta problemática debe sentar un precedente para otros países diversos como Colombia. El mercado de las especies nativas se valoriza cada día más, lo cual puede poner en peligro los ecosistemas endémicos. El peligro de que una patente pueda terminar por bloquear las prácticas tradicionales nativas es real y por esto las estrategias estatales esperan proteger el patrimonio natural de sus países.