La figura del profeta Amós es apropiada como ejemplo para una reflexión sobre la paz en los tiempos que vivimos.
Por Édison Fabiany Buitrago Bautista
Amós, oriundo dede una aldea llamada Técoa, hace parte de los profetas menores del Antiguo Testamento. Amós fue pastor y a la vez agricultor de higos, profesión humilde que no gozaba de ganancias muy lucrativas. Fue llamado por Dios mientras ejercía su labor de pastor en el desierto de Judá en tiempos de los reyes Ozías y Jeroboam, y, posteriormente, enviado por Dios a una cultura que en ese preciso momento era próspera, pero, a su vez, con mucha desigualdad social, por lo cual el énfasis de la predicación de Amós fue la justicia.
Jeroboam II había logrado conquistar una gran cantidad de territorios generando así un tiempo de prosperidad para el Reino del Norte, marcado por un renacimiento del comercio y el arte donde su capital Samaria se llenaba de imponentes edificaciones y grandes riquezas, llevándolo a su nivel más alto, sin embargo, la misión del profeta de la justicia social, es desarrollada en la acusación a la comunidad por los desordenes sociales generados por las clases altas y la corrupción que se ve en el comercio.
la injusticia atormentaba en especial a los más vulnerables, ya que mientras unos pocos sostenían una vida lujosa y acomodada otros no podían brindarse lo necesario para la vida, esto se ejemplificaba específicamente en las acciones de las damas de samaria donde permanecían en la opulencia y el libertinaje. Amós llamado por el Señor a denunciar tal situación de corrupción que le era cercano por su labor de pastor y agricultor hablaba fuerte contra los defraudadores y explotadores además de denunciar el sistema judicial corrupto e invitando a la equidad y a la coherencia de vida que tenía que ver con la forma en que se vivía el culto judío de entonces, en tan sólo un ritualismo desmedido sin ningún resultado o cambio en la vida concreta del creyente.
Amós expresa para nuestros días una invitación a la reflexión en medio de nuestra sociedad colombiana que se acerca a firmar la paz, acerca de las condiciones de la misma sociedad y la solución de uno de los problemas más actuales, pero que han estado desde siempre en nuestra nación la corrupción y la desigualdad social que azota a todos, pero en especial a las regiones periféricas de la nación y de las ciudades; ya que mientras continúen estos males en nuestra nación qué tipo de paz obtendremos, tan sólo el silencio de los fusiles , que es necesaria, pero no total pues aún está el clamor de los más necesitados y vulnerados que como nosotros buscan la paz.