Santísima Virgen María es la Madre del Señor. Las distintas apariciones que Ella ha hecho en el mundo (y de ahí sus advocaciones) son una prueba de su amor y preocupación para con la humanidad.
Por Luis David Parrado Traslaviña
El Credo es la oración en la que se menciona las verdades de la Iglesia (Creo en Dios… en Jesucristo… en el Espíritu Santo…). Una parte de esta oración dice así: “creo en Jesucristo (…) que nació de santa María Virgen”. Al mencionar estas palabras, cada católico está reconociendo que María es no solo la madre del Señor, sino la madre de toda la Iglesia y, por ende, de cada uno de nosotros.
A lo largo de la historia, la virgen María ha recibido innumerables muestras de cariño de parte de sus fieles. Estas muestras se ven reflejadas, por ejemplo, en la construcción de imponentes templos consagrados a Ella (Lourdes, Fátima, Chiquinquirá, Loreto, Luján…), y, a pesar de tantas maneras en que la humanidad demuestra su particular dependencia maternal hacia la Virgen, Ella, como lo dice el evangelista san Lucas, “guarda todos esos acontecimientos en su corazón” (Lucas 2, 19).
¿Cómo nos demuestra María su amor? Durante la historia de la humanidad, la virgen María ha hecho una serie de apariciones en el mundo entero, trayendo con ellas mensajes llenos de esperanza y de amor. Estas apariciones se llaman advocaciones, y la Iglesia las reconoce como verdaderas. “En el catolicismo, una advocación es una referencia mística relativa a apariciones, dones o atributos de la Virgen María. La Iglesia católica admite innumerables advocaciones que significan la figura de la madre de Jesús o alguna de sus cualidades, a las que se rinde culto de diversas maneras”. Algunas de estas advocaciones son las siguientes:
- Nuestra Señora de Lourdes (Francia)
- Nuestra Señora de Fátima (Portugal)
- Nuestra Señora del Pilar (España)
- Nuestra Señora de Guadalupe (México)
- Nuestra Señora de Chiquinquirá (Colombia)
- Nuestra Señora de Luján (Argentina)
- Nuestra Señora del Rosario (Guatemala)
- Nuestra Señora de Copacabana (Brasil)
Asimismo, la virgen María tiene varias denominaciones, las cuales obedecen a la fe de sus devotos. Algunas de las más reconocidas son las siguientes:
- La virgen del Carmen (Carmelitas)
- La virgen de la Merced (Orden de la Merced)
- María Auxiliadora (san Juan Bosco)
- La Dolorosa (Orden de los Servitas)
- La virgen Peregrina (Tradición)
La Virgen María nos ama infinitamente. Como dice el Papa Pablo VI: “María es siempre el camino que conduce a Cristo”. Con esto, reconocer cada representación de la virgen María (imágenes) que conocemos, sea por tradición o por curiosidad, debe evocar en cada uno de nosotros el cumplimiento de las palabras del Señor: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 20), “He ahí a tu Madre” (Juan 19, 27).