CP-37-50 CHILE, ese es su número de identificación, pero no dice mucho de él; dice más su olor particular a fritanga y papas fritas que va dejando a medida que transita.
Por: Por Daiana González
Dice más su color verde, un verde pasto, un verde montaña, un verde como el del macizo colombiano por el que pasó hace algunos meses.
Él es grande, como todos los Land Rover Santana. En sus mejores épocas servía como ambulancia militar y cargaba a más de 10 personas, de ahí que Jaime Silva, su dueño, le llame El Gordo.
El gordo tiene 32 años. Se topó con Jaime hace 10 y desde hace 6 empezó a viajar por toda Sudamérica. En su primer viaje conoció Chile, Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú. Bien dicen los turistas que viajar se convierte en un vicio cuando se hace con frecuencia, y eso fue lo que le pasó al Gordo.
Desde de hace 2 años El Gordo ya no es simplemente un carro, también es un lienzo, pues cuando llegó a Colombia más de uno quiso dejar grabada la marca del Nevado del Ruiz o de la misma pachamama humanizada que hace que el carro parezca recién salido de los bosques más espesos de América Latina.
En la puerta delantera El Gordo tiene un aviso que dice “99% aceite reciclado”, y es que este Land, desde el 15 de agosto del 2012, día de festividades en Chile, dejó de utilizar Diesel para transportarse con aceite; aceite de frituras, aceite del que queda al fritar patacones y empanadas, ese que nos hace daño si lo consumimos en cantidad, pero que a él, después de unas cuantas modificaciones, le queda bien. Eso sí hay unos cuantos aceites que, como a nosotros, es mejor no utilizarlos, el que queda de fritar pollo por ejemplo, posee un alto contenido de grasa que deja al aceite casi inservible.
El gordo es lento, quizás por las tantas modificaciones a las que ha estado expuesto. Es un carro viejo, pero resistente. Su motor no quiere dejar de latir, es un motor robusto, fuerte, capaz de resistir todas las ocurrencias de Jaime.
El gordo es modelo 81. Son pocos los carros como él que quedan en el mundo y ningún otro que utilice aceite vegetal para andar. Pues en Sudamérica sólo se conocen cuatro vehículos que andan con aceite. “Uno que es manejado por Estadounidenses y se encuentra en Perú, el Gordo y dos más en Chile”, explica Jaime durante su exposición en la universidad.
Dice Jaime que quizás eso se deba al miedo de que se rompa el motor o que las cosas no funcionen.” En Europa ande con dos vehículos así, en República Checa y Francía, y hay bastantes vehículos, bastante conciencia de reciclar el aceite. Lamentablemente en Latinoamérica hay muchas cosas que se ocultan. Ahí está el internet abierto pero también hay un montón de miedo”.