Al frente de la Iglesia de la Ermita se encuentra este museo que cuenta gran parte de la historia de Mariquita.
Por: Nicolas Montañez
Es curioso entrar a un museo y encontrar a primera vista varias rockolas cuando en realidad se está buscando ver monedas antiguas en oro y plata posiblemente acuñadas en la época de la colonia. Esta es la sensación que deja el primer contacto con la Casa de la Moneda en Mariquita.
Pero las monedas si existen, solo que son recientes o por lo menos de los últimos 100 años, para muchos de nosotros pueden ser comunes, monedas de cinco, de diez, de cincuenta eso si cada vez más reducidas y modernas. También hay billetes de varias denominaciones y épocas; el de a peso, el de cincuenta, los de cien, los de quinientos y los de doscientos, otra curiosidad pues es la Casa de la Moneda.
En este primer salón se encuentran muchas cosas, objetos de muchas épocas, pinturas y una cantidad de fotografías de la fundadora del museo; una habitante de Mariquita que un buen día decidió comenzar a recolectar, comprar y recibir objetos que tuviesen que ver con la historia reciente o antigua de la población, así, se hizo a una cantidad de piezas que hasta el momento están debidamente clasificadas pero no creo que inventariadas, hay piedras, grandes medianas y pequeñas, urnas, y piezas precolombinas dentro de unas vitrinas donde alguna vez debió ser el comedor de la casa.
Según su actual propietaria la casa al parecer nunca funciono como un sitio donde se acuñaran monedas, pero tal vez si como sitio de almacenaje de oro y plata de las minas de Santa Ana en Falán, actualmente se conservan las ruinas y existen los túneles que supuestamente llegan a Mariquita y a Honda, y ahí es donde bajamos al jardín de la casa.
Hay dos entradas por una pared que bien podría ser una especie de sótano dentro de la casa, se dice que en algún momento pudieron haber sido el final de los túneles provenientes de Falán que fueron cerrados y de los cuales nadie da cuenta sobre su exploración. Uno tiene a su entrada una Virgen y una curiosa historia sobre hallazgos de tumbas, el otro realmente sí parece una de esos túneles como los de la Ciudad Perdida.
Es curioso que el patio de la casa tenga una arquitectura distinta, un visitante puede llegarse a confundir con estructuras típicas de los cincuentas, pero eso tiene su explicación; la casa también funciono como institución educativa durante mucho tiempo, entonces esta la fuente, un sitio para las banderas y un patio de recreo. Al final del patio hay un hueco bien grande que se abrió gracias a un sueño, no un sueño de emprendedor, un sueño de los de la noche donde se revelo la posible aparición de algún objeto o túnel que pude ser valioso para el entendimiento de la nuestra historia.
Al hacer el recorrido tuvimos varias teorías sobre las revelaciones de los sueños y su aplicación en la vida real, en realidad fantasías para muchos,” pero nada se pierde con explorar” dice la actual propietaria, también especulamos que puede ser hasta un pozo séptico de la época, pero habrá que ver, por ahora hay que esperar recursos de los visitantes y de la misma familia, pues la entrada al museo no se cobra, solo se hace una donación y más que otra cosa se mantiene por conservar la memoria de una mujer que quiso guardar pedacitos de la memoria de una región representada en muchos objetos.
Es una visita que deben hacer si algún día tienen que pasar a ver la Iglesia de la Ermita, el museo queda al frente, o si solamente andan de turistas por Mariquita.