El tomate es una de las principales fuentes de vitaminas A y C, minerales u otros nutrientes fundamentales para el ser humano.
Además, el tomate contiene licopeno, un antioxidante: que por un lado, es el responsable de su color rojo; y por otro lado, es un antioxidante, con propiedades que pueden ayudar a prevenir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer; entre otros.
Colombia, es un significativo productor mundial de tomate. En el 2014 se lograron sembrar 17.244 hectáreas, con una producción de 606.151 toneladas con rendimiento promedio de 35,15 toneladas por hectárea; según datos de la red de Información y Comunicación del Sector agropecuario (Agronet).
Teniendo en cuenta la importancia del tomate, un grupo de estudiantes: María Alegría Serna, Paula Andrea Escobar, María Camila Gutiérrez y Jocssan Zúñiga; ingenierías Biológicas, Forestal, Agrícola y Química de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín; han desarrollado pasabocas y polvo de tomate.
De lo anterior, el tomate en polvo; lo realizaron las estudiantes de la U.N: mediante la técnica de deshidratación por convección forzada, cuya aplicación es muy utilizada en la agroindustria. Le puede interesar: Aguacate en polvo, listo para salir al mercado industrial
El propósito del proyecto fue diversificar las opciones tecnológicas del uso del tomate y promover la seguridad alimenticia.
¿Cómo se hizo el polvo de tomate?
Para el proceso de la elaboración del polvo de tomate; primero: se empieza con el corte de láminas de este, de dos a tres milímetros de espesor; para después, adicionarles: 0,5 % de sal, 0,1 % de orégano y 0,1 % de tomillo.
Luego las láminas de tomate; se llevaron a un equipo deshidratador con aire caliente durante 24 horas. Por tanto, el proceso de secado logró reducir la humedad de las rodajas de tomate del 90 % al 6 %”, como afirma la U. N.
La humedad final “le brinda gran estabilidad al producto, porque los microorganismos no tienen posibilidad de desarrollarse”, explica el profesor Carlos Julio Márquez Cardozo, coordinador del Laboratorio de Frutas y Hortalizas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N. Sede Medellín.
Después, las rodajas son molidas para: lograr un tamaño de partícula de 0,5 milímetros; similar a la harina. Le puede interesar: Refresco, néctar y sorbete de tomate de mesa ¿cómo hacerlos?
Finalmente, el tomate en polvo, puede durar hasta tres meses; mientras que la fruta fresca puede durar hasta seis u ocho días; dependiendo de las condiciones climáticas.
Por: Andrés Arias. Estudiante de Comunicación Social – Periodismo.
Editora: Ana María Rizo Díaz. Periodista – Editora.