En cada nación hay condiciones propias que van cambiando continuamente. En nuestro país hay tres poderes políticos y uno de ellos está encargado de dictar y adecuar las leyes a los tiempos y circunstancias.
Por: Dr. Luis Alejandro Salas
Los impuestos son el tributo que se exige en función de la capacidad económica de los obligados a pagarlo. En nuestro país existen varios impuestos, como el IVA o impuesto al valor agregado, el impuesto de renta y patrimonio, el impuesto a la riqueza y el impuesto predial.
El IVA es el pago que los consumidores hacen al Estado por el uso de un determinado servicio o la adquisición de un bien. Se calcula sobre el consumo de los productos, los servicios, las transacciones comerciales y las importaciones
La renta es el importe neto de los rendimientos o sea los productos o utilidades que rinde o da alguien o algo. El patrimonio es lo heredado y el conjunto de bienes propios adquiridos por cualquier título. Actualmente no tienen que hacer declaración de renta quienes tienen como ingresos brutos menos de 42 millones de pesos al año ($41.654.200) y tienen un patrimonio bruto menor de 134 millones de pesos ($133.888.500) el 31 de diciembre del año gravable.
El impuesto a la riqueza deben pagarlo quienes tenían más de mil millones de pesos el primero de enero de 2015. Este impuesto es por pocos años, desde 2015 hasta 2018.
El impuesto predial es por la heredad, la hacienda o la posesión inmueble, ya sea en la ciudad o en el campo. Aquí depende del avalúo catastral, que es el 60% del valor comercial.
En el campo colombiano llevamos muchos años tratando de actualizar el catastro, una exigencia para el bien común es que la actualización se haga.
Parece que no hay información catastral de la tercera parte del área rural. El Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) tiene el registro de 74 millones de hectáreas y la mitad de lo que está inscrito tiene menos de una hectárea. En los minifundios están avaluados terreno y casa, en el latifundio le dan el mayor valor a la casa y no a la tierra.
Son mucho más numerosos los pequeños propietarios del sector rural que pagan. Los terratenientes grandes proporcionalmente pagan menos y logran muchas veces evadir. Eso no está bien. Quizás debería ser al contrario, es decir que los potentados paguen impuestos más altos y los pequeños aporten sumas menores.
De una manera u otra todos pagamos nuestra contribución a la hacienda pública. Ojalá cada vez haya mayor honestidad en la utilización de estos recursos para una adecuada destinación y así mismo se defienda y proteja ese aporte.