Sutatenza, Boyacá, conocida como la cuna de la educación campesina, busca disminuir el impacto ambiental de las bolsas de plástico a través del uso de canastos tejidos de chin.
Por: Nidian Yoana Bastidas Alba
Facilitadora de las EDC de Boyacá
La bolsa plástica es símbolo de la comodidad: nos sirve para acarrear el mercado y una gran variedad de productos. Desafortunadamente, este objeto de enorme utilidad es también símbolo de la degradación ambiental.
Las bolsas plásticas han invadido todos los rincones de la Tierra. Las vemos en los parques públicos y en las calles, en medio de la naturaleza, enredadas en la rama de un árbol o en un cable de luz, flotando en el aire y vagando por los ríos, quebradas y lagos.
A raíz de esta problemática el municipio de Sutatenza, en el Valle de Tenza de Boyacá, retoma y apoya el uso del canasto tejido. Esto permite rescatar una costumbre campesina y la vez minimizar el impacto ambiental de las bolsas plásticas de un solo uso.
El canasto tejido con chin es un objeto que ha estado presente en la historia de las plazas de mercado. Los visitantes lo usaban para cargar su mercado y los campesinos ofrecían sus productos dentro de los canastos tradicionales campesinos
Los canastos tejidos son elementos importantes en la artesanía de Sutatenza y existen en diversos tamaños y variedades. Es la oportunidad para rescatar las costumbres del uso del canasto tejido por manos campesinas en nuestras compras y adaptarlo a nuestra cotidianidad. De esta forma contribuiremos al mejoramiento de nuestro ambiente, logrando disminuir el impacto ambiental que produce el uso de las bolsas.
Sutatenza, cuna de la educación para campesinos a través del modelo pedagógico de Accion Cultural Popular, invita a usar el canasto tejido como símbolo del compromiso con la naturaleza.