En la región cundiboyacense se va creando un vocabulario típico que es causa y consecuencia de diferencias culturales con otras regiones. Si bien es cierto, esta palabra se usaba en la época colonial española, desde hace años los campesinos cundiboyacenses la han acogido como propia.
Es usada como señal de respeto con las personas mayores; como muestra de cariño entre esposos y de hijos a padres. El sentido original de la palabra se transformó: pasó de ser una muestra de inferioridad a un trato de respeto y afecto.
Le puede interesar: La ruana: símbolo de lucha de los campesinos en Colombia
El pronombre sumercé se deriva del mismo modo de la palabra su merced, es extendido, pero no generalizado y mayoritariamente se encuentra en las áreas rurales.
Tras abolirse la esclavitud, esta expresión fue quedando en el olvido en diferentes partes de Latinoamérica, pues su uso remitía a una época de sumisión y servilismo que la mayoría querían dejar atrás.
En Bogotá, esta expresión ancestral ha sido aceptada y es usada sin distinción de clase social, raza u origen.
Se trata de una palabra hermosa que deberíamos adoptar en nuestro vocabulario.
Por: Adriana Marcela Ardila Bohórquez. Facilitadora Educativa ACPO en Boyacá.
Editor: Lina María Serna – Periodista y Editora.