Por medio de un convenio certificado por la Secretaria de Educación entre el colegio y el SENA alrededor de 120 estudiantes se benefician cada año, obteniendo un título como técnicos en agroindustria alimentaria, automatización, sistemas o multimedia. El proceso del proyecto es de dos años; en el primero los alumnos del colegio adquieren los fundamentos teóricos y en el segundo ejecutan sus ideas para venderlas a gran escala en su municipio y los alrededores.
“Los proyectos de alimentos deben ser innovadores en el mercado, y de agrado a las personas. Entre los productos hay por ejemplo una salsa picante hecha de maracuyá, un arequipe de balú o chachafruto, arequipe de sábila, mermelada de ahuyama con guatila, achira de bore, entre otros”, comenta la estudiante Talía Meneses, del colegio Santa Inés.
Le puede interesar: Choripozos, el emprendimiento juvenil que nació en el Caquetá
Entre los proyectos de automatización o electricidad, uno se destaca por su componente social; se trata de una idea de negocio llamada Arducars, en la cual los jóvenes empresarios diseñan y programan automóviles seguidores de línea con un software llamado arduino; su objetivo es ayudar a movilizarse a las personas con discapacidad visual. Son carros de 75 kg, que pueden llegar a una velocidad de 55 km y tienen una batería con duración hasta de tres días. Con este artículo los estudiantes buscan alternativas que se acoplen a las personas con discapacidades y esperan tener un impacto nacional e internacional.
Vale la pena mencionar que estos jóvenes también hacen parte del proyecto POETA YouthSpark, proyecto de Microsoft Filantropía que busca empoderar a través de la tecnología, a jóvenes en situación de vulnerabilidad en América Latina y el Caribe. Esto con el fin de facilitar oportunidades de educación, emprendimiento y empleo mediante capacitaciones integrales en alfabetización digital y ciencias de la computación.
Actualmente, ACPO implementa este proyecto en Manta y Silvania, municipios de Cundinamarca en los que los jóvenes se han motivado a innovar, a pensar como empresarios y se han integrado en equipo mucho más. Según lo expresan, las charlas sobre cómo emprender en el mercado actual y las capacitaciones sobre el uso de las TICs han sido imprescindibles para ellos.
Fredy Contreras, ingeniero electrónico y docente del área de automatización del colegio Santa Inés, habla sobre la feria, “Para mostrar los proyectos productivos de los estudiantes del área de automatización y agroindustria, se requieren conceptos de programación, electricidad, diseño 3D, para en su conjunto unirlos y llevar a cabo los proyectos”.
De la misma manera comenta y resalta el profesor proyectos sobre energías alternativas, para optimizar la luz solar y poder producir el máximo de energía; el proyecto del brazo robótico, por medio del cual se automatiza un proceso en coherencia con las industrias del futuro, entre otros.
La continuidad de los proyectos de los estudiantes se da gracias a la cadena de formación que ofrece el SENA, donde pueden terminar sus estudios y profesionalizarse. Igualmente, en su colegio toman clases de consecución de recursos para aprender a formular proyectos y presentarse a convocatorias del Estado y otras organizaciones.
Así es cómo cada año los habitantes de Silvania tienen una cita en el colegio Santa Inés para, una vez allí, sorprenderse y hablar con orgullo de los jóvenes emprendedores que hay en su tierra.
Por: Cristian Camilo Galicia. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.