Monsanto parece estar perdiendo la batalla. Tras varias discusiones en la Corte Suprema de India, ha decidido prohibir patentar las semillas genéticamente modificadas, y a esto se suma después de 37 años la Unión Europea plantea retirar las restricciones en la distribución de semillas orgánicas.
El pasado 7 de mayo Robert Fraley, director de la Monsanto, la compañía productora de agroquímicos y biotecnología, anunció que él junto con otros ejecutivos abandonan la compañía tras la decisión del país asiático, ya que Monsanto no podrá reclamar las patentes de las semillas de algodón genéticamente modificadas: Bollgard y Bolgard II.
India siembra cerca de 12 millones de hectáreas de algodón, de las cuales más del 90% se producen a partir de semillas genéticamente modificadas (transgénicas) desarrolladas por Monsanto.
Beneficios para los agricultores
La decisión en India y la Unión Europea, que recientemente autorizó la venta de semillas campesinas, afecta el negocio multimillonario de las semillas transgénicas. Según expertos como el Grupo Semillas, en India, por ejemplo, quienes ganan con estas decisiones son los agricultores que hasta hace poco estaban obligados a cultivar semilla de algodón genéticamente modificada por Monsanto.
De acuerdo con los investigadores, estas semillas modificadas no traían beneficios para los campesinos. De hecho, aseguran que eran más costosas, consumían más agua, tenían dificultades para germinar y no eran muy resistentes a las plagas, entre otros aspectos.
Sobre la decisión de la UE
Por otro lado, la medida de la Unión Europea será efectiva desde el año 2021, después de 37 años de restricciones. Hasta entonces, solo las semillas listadas por un catálogo oficial podrían comercializarse legalmente. Según el diario Le Figaro, «la mayoría de estas semillas pertenecían a multinacionales como Monsanto.
Según el decreto que aprobó la venta de semillas nativas, el objetivo principal es «revivir los miles de variedades de frutas y verduras que existen y vacilar las inquietantes estadísticas proporcionadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)».
Por: Shaira Pulido. Estudiante de Comunicación Social.
Editor: Mónica Lozano – Periodista y Editor.