jueves, noviembre 7, 2024
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Recuerdo de la visita del Papa Pablo VI a Colombia

La primera visita de un Papa a Latinoamérica ocurrida en Bogotá en 1968 tuvo dos motivos particulares. El XXXIX Congreso Eucarístico Internacional y la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana.

Hace 52 años, entre el 22 y el 24 de agosto, se dió la visita de Giovanni Battista Enrico Antonio María Montini, Pablo VI a Colombia. El pontífice italiano celebró 5 eucaristías durante su visita por la capital del país, una de ellas en un extenso campo ubicado en el municipio de Mosquera; destinada exclusivamente al campesinado.

El jueves 22 de agosto de 1968 en las horas de la mañana arribó al aeropuerto El Dorado de Bogotá. Lo esperaba una comitiva encabezada por el presidente de la República Carlos Lleras Restrepo, el cardenal arzobispo de Bogotá Luis Concha Córdoba, personajes del gobierno, de la sociedad y de la Iglesia, una gran multitud que lo siguió desde el aeropuerto hasta la catedral. 

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Tras haberse arrodillado en un emocionado gesto para besar la tierra colombiana, dijo en su primer saludo a los que lo esperaban: «Un gozo íntimo y una trepidante conmoción invaden nuestro ánimo al ver que la Providencia nos ha reservado el privilegio de ser el primer Papa que llega a esta nobilísima tierra, a este cristiano continente, donde un día arcano comenzó a añadirse la altura de la Cruz sobre las cimas andinas y, en los viejos caminos de los chibchas […] empezó a dibujarse la silueta de Cristo».

Desde la catedral primada, donde muy de madrugada lo esperaban los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas venidos de todos los rincones del país, se dirigió el Papa para saludar al pueblo de Dios que por todas partes y especialmente en la plaza de Bolívar  lo aclamaba. Por la tarde se dirigió al Templete Eucarístico, construido para la ocasión, ubicado en el Parque Simón Bolívar, diseñado por Gabriel Serrano Camargo en concreto y con una cúpula de 40 metros de diámetro, donde presidió la ceremonia de ordenaciones sacerdotales. 

Al día siguiente, viernes 23 de agosto, visitó al presidente de la República, se reunió con los campesinos en la población de Mosquera y dió la eucaristía para la gran concentración de trabajadores, empresarios y universitarios y tuvo un encuentro con el cuerpo diplomático y altas autoridades extranjeras llegadas a Bogotá con ocasión del Congreso Eucarístico.

El sábado 24 visitó el barrio Venecia, al sur de la capital, en cuya parroquia celebró la eucaristía y se reunió con algunos enfermos. Posteriormente inauguró la II Conferencia general del episcopado latinoamericano en la catedral primada, y de esta se dirigió por entre una multitud que lo aclamaba y aplaudía, por la carrera séptima hasta la calle 78 con carrera 11 para bendecir la sede del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana). 

Por la tarde, en el templete eucarístico, bendijo los matrimonios y posteriormente se dirigió al aeropuerto para tomar el avión de regreso a la Ciudad Eterna. Sus últimas palabras de despedida, entrecortadas por la emoción, antes de abordar la nave, fueron: «¡No te decimos adiós, Colombia, porque te llevamos más que nunca en el corazón!».

 

Por: John Alexander Saavedra. Periodista.

Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora. 

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