Las ciénagas que separan a los departamentos de Magdalena y de Bolívar han sido el escenario de intensas luchas por la tierra, desde épocas coloniales, Mompox ha sido un punto de referencia comercial, política y social.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
En las enormes ciénagas que se ubican al costado del río Magdalena, en límites de los departamentos de Bolívar y de Magdalena, se fundó a Mompox.
En ese lugar Vivian decenas de pueblos indígenas, Guitacas, Chimíes, Chiloas, Jaguas Malibúes y Talaiguas. La corona española decidió adentrarse en aquellos territorios con la férrea convicción de adoctrinar a los nativos.
Mompóx se convirtió en un centro poblado de gran importancia a las orillas de uno de los brazos del río Magdalena. El oro y el arte de la orfebrería se destacaron en la economía.
De arquitectura colonial, perfectamente cuidada, debido a que en 1959 el gobierno declaró al municipio como patrimonio histórico y cultural de la nación.
Más de 5 iglesias de gran categoría estética e histórica, hacen parte del pueblo, el cementerio es considerado una joya del patrimonio nacional.
La economía local se sustenta entre otras cosas, por el turismo, las artesanías de oro y de otros metales, la agricultura es muy importante en esta región del país, el maíz, la yuca, el ñame, tabaco y plátano se cultivan con gran esfuerzo. La pesca también es preponderante ya que Mompóx se encuentra rodeadas de ciénagas y brazos del río Magdalena.
Los momposinos viven tranquilamente en casas de grandes solares, el pueblo se ha trasformado con el paso de los años, el puerto que hasta inicios del siglo XX fue uno de lo más importante del Magdalena, ya no funciona. El turismo como en muchos otros pueblos, se ha convertido en la base económica.