Los residuos de aparatos tecnológicos, son aquellos dispositivos electrónicos que cumplen con su vida útil y son considerados obsoletos. Si bien es cierto que algunas personas saben que estos desechos (pilas, baterías, celulares etc.), no pueden botarse junto con los desechos ordinarios, una vez separados de la basura no saben qué hacer con ellos.
Estos residuos contienen sustancias tóxicas como plomo, cadmio, cromo, mercurio, selenio, cobalto y arsénico que pueden estar en tarjetas de circuitos, monitores, interruptores, baterías de computadores portátiles, etc. Si bien es cierto que estos aparatos no son peligrosos en su vida útil, una vez inician su proceso de descomposición liberan cantidades de material peligroso.
Según informe de publicado en 2017 por el Instituto para el estudio avanzado de la sostenibilidad de la Universidad de las Naciones Unidas, Colombia reporta una generación de desechos electrónicos en el 2016 de 275.000 toneladas de desechos, equivalente a 5,6 kilogramos por habitante, sobre una base de 48,750 millones de personas.
Para tener en cuenta
La legislación nacional para el manejo de estos desechos obliga a fabricantes, importadores, comerciantes y distribuidores ha terminado su vida útil, desarrollar programas de retoma, recolección de estos dispositivos. En Latinoamérica solo siete países cuentan con leyes para combatir estos desechos Colombia, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, México y Perú.
Estos residuos se pueden depositar en algunos almacenes de cadena, donde tienen contenedores para el reciclaje de pilas, baterías y bombillos, además estos se pueden llevar a centros de acopio que clasifican cada objeto según su composición.
Lo que se busca es lograr la reutilización de algunas partes, sin embargo la mayoría de la materia prima es exportada a Canadá, Francia y Finlandia, en donde la reciben, transforman y usan para generar energía eléctrica.
Por: Shaira Pulido. Estudiant de Comunicación Social.
Editor: Mónica Lozano – Periodista y Editor.