En la mesa eucarística todo debe resplandecer. La belleza nos lleva a Dios, resplandor máximo.
El purificador es un pequeño paño rectangular que usa el sacerdote en la Misa para limpiar el cáliz, la patena y sus dedos. También sirve para limpiar la cruz cuando es besada.
Suele tener una cruz o símbolo litúrgico estampada en el centro.
En la primera parte de la Misa (antes del ofertorio), el purificador se coloca entre el cáliz y la patena. Una vez usado, debe tratarse con mucho cuidado hasta que haya sido lavado, porque lo más seguro es que hayan quedado impregnadas las especies consagradas (hostias y/o vino).
Al lavarlo, el primer enjuague lo hace un clérigo a mano, y esa agua usada se la arroja en tierra natural, por si han quedado partículas del Santísimo Sacramento sobre él.
Fuente: http://www.es.catholic.net/op/articulos/58138/cat/912/el-significado-del-purificador-.html