Se trata de Alberto López de 56 años, un arquitecto que cayó en la drogadicción por el bazuco y que lo llevó a vivir 15 años de su vida en la calle. Él es una de las personas que estaba en el Bronx y que se vio obligado a salir de la zona de tolerancia de Bogotá, tras la intervención que hizo la Alcaldía Mayor de la capital.
Por: ElCampesino.co
Este lunes, López fue protagonista en el Congreso de la República, en medio de una audiencia pública sobre dicho operativo que dejó al descubierto muchos delitos, pero que también, preocupa a otros sobre la atención que se les dará a los habitantes de calle.
“Fue un golpe de mano inesperado, no estoy de acuerdo con los golpes de violencia, creo que generan más violencia y lo único que espero es que las secretarías de Integración, de Salud, de Educación y las instancias que correspondan estén preparadas para dar una solución social tan impecable como fue la militar”, dice López.
Sin embargo, su posición no implica que esté totalmente en desacuerdo con haber acabado con la zona: “Todos lo esperábamos, de hecho es tan patético que la posición que hemos tenido ha sido totalmente mansa y resignada. Estamos usando los hogares de paso y entendimos que se acabó una zona de tolerancia sórdida y peligrosa”.
López dice que las entidades tienen que consultar a los habitantes sobre qué quieren, que cada uno pueda decidir su provenir, pero también, que sean conscientes de que eliminar el Bronx, o este tipo de zonas, no implica que ya no existirán más.
“El asunto no es que se vayan a abandonar las calles, sino que se entienda que hay personas que por tradición son habitantes de calle, que por desplazamiento forzado llegaron a las calles, que por disfuncionalidad familia, que por drogadicción llegamos a las calles. Es decir, que hay varias causas para llegar a la calle y que debe mirarse cada uno de los fenómenos para darnos solución particular y verdadera en los diferentes casos”, dice.
López aprovechó el espacio de participación también, para señalar la necesidad, desde su perspectiva, de aprobar la droga, especialmente la marihuana que por el momento fue aprobada pero solo para usos medicinales.
“Respecto a la droga, por favor, ya es hora de que dejemos el moralismo y que nosotros empecemos por legalizar la droga y se va a bajar la violencia, se va a bajar la guerra. Por lo menos empecemos con la marihuana como ya empezó Uruguay”.
El arquitecto que asegura que ha aprendido mucho en la calle, que ha creado varios títeres reconocidos en Colombia y que sigue siendo el escritor que fue antes de la droga, agradeció el espacio y reiteró que es importante recordar que los habitantes de calle son seres humanos como todos los demás.
Mientras tanto, la representante liberal, Olga Lucía Velásquez dice que se debe revisar una sentencia que indica que solo cuando los habitantes de calle lo quieran, pueden recibir ayuda.
“Nosotros estamos pidiendo que se revise esa sentencia de la Corte Constitucional toda vez que los mismo habitantes de calle han manifestado que ya cuando su dependencia es absoluta por la droga, los gobierna, y no pueden manifestar una voluntad propia. Entonces cuando no hay una decisión que es autónoma debe hacerse una interpretación distinta frente a este habitante de calle para llevarlo a una desintoxicación o a un lugar de paso”, asegura.