El Premio Compartir es un reconocimiento que desde hace 20 años premia la labor social y la creatividad de los docentes y rectores más sobresalientes del país. Haciendo un homenaje a aquellos maestros que de manera sistemática y reflexiva identifican en la cotidianidad de su trabajo una variedad de problemáticas y desde su amor por la educación diseñan, implementan y evalúan propuestas para resolver dichos problemas.
Para este año, la Ceremonia Nacional del Premio Compartir se realizó en la noche del 10 de junio en el auditorio Mario Laserna de la Universidad de los Andes y contó con la presencia de los maestros finalistas, la ministra de educación, estudiantes, empresarios y colaboradores de la Fundación Compartir; entidad que organiza el evento.
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En cuanto a los ganadores, Carlos Enrique Arias de la Institución Educativa San Antonio María Claret de Montelíbano, Córdoba, fue elegido como Gran Maestro por su propuesta “Aula Investigadora: la investigación como un proceso de lectoescritura y la lectoescritura como herramienta fundamental de la investigación”. Por su esfuerzo y dedicación recibió además de la estatuilla dorada 50 millones de pesos y un viaje académico a un país iberoamericano.
Así mismo, Orlando Ariza Vesga de la Institución Educativa Nuestra Señora del Pilar en Villagarzón, Putumayo, fue seleccionado como Gran Rector por su iniciativa “De recicladero a escuela de calidad”. Su creatividad y apuesta sostenible fue premiada con 50 millones de pesos, una beca de maestría, una biblioteca para la rectoría y 6 millones de pesos adicionales para invertir en la institución educativa.
Igualmente, en la categoría de Maestros Ilustres, Adriana Paola González Valcárcel del Liceo Femenino Mercedes Nariño I.E.D. de Bogotá; Adilson Nilton Barahona de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús en Sandoná, Nariño; y Esmeralda Ortiz Cuero de la Institución Educativa José Antonio Galán, sede San Pedro Claver en Yumbo, Valle del Cauca; recibieron una estatuilla plateada y 10 millones de pesos.
Estos educadores demostraron que si es posible apostarle a nuevas formas de enseñar y aprender, con las que impactan positivamente no solo a los estudiantes sino a toda la comunidad. Generando en los niños, niñas y jóvenes un sentido de pertenencia con la institución y su entorno, además de ayudarles a fortalecer habilidades que serán de gran utilidad para el desarrollo de sus proyectos de vida.
Por: Karina Porras Niño. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.
