Esta semana el Presidente de la república Juan Manuel Santos se encuentra en los Estados Unidos conmemorando los 15 años de la implementación del Plan Colombia.
Por: ElCampesino.co
La década de los noventa no fue nada fácil para los colombianos, por ese entonces el país vivía otros tiempos, las secuelas del enorme poder e influencia del narcotráfico aun generaban problemas, la década inició con una fuerte sequía, la apertura económica del gobierno Gaviría incidiría notoriamente en la economía del país y los indices de violencia urbana y rural estaban disparados.
En 1998 Andrés Pastrana es elegido como primer mandatario con el 50, 5 por ciento de los votos, llega a la Casa de Nariño y de inmediato inician acercamientos con la insurgencia, para ese entonces el modelo del conflicto armado en el país se regia por la llamada, » guerra total».
De allí nace una de las bases del Plan Colombia, el gobierno de los Estados Unidos daría el apoyo económico y logístico a todas las acciones encaminadas a crear y fortalecer la lucha antidrogas. El objetivo es enfrentar a los grupos armados ilegales, fortalecer el estado y crear mejores condiciones sociales.
Según datos de la Oficina contra el Narcotráfico de las Naciones Unidas, luego de 15 años de Plan Colombia, el numero de hectáreas de coca sembradas en en el país no disminuyeron, por el contrario se registró un aumento superior al 10 por ciento.
El uso del glifosato, que llegó al país para ser usado en la erradicación aérea, fue prohibido luego de que las conclusiones de estudios realizados por la autoridad europea de salud, indicaran que el contacto de este químico con la piel, incidía en el nacimiento de células cancerígenas.
Más allá de la ayuda militar, la asistencia técnica en materia gubernamental y económica ha hecho parte de unas de las políticas más controvertidas de la ultima década.
La confrontación armada al inicio del siglo XXI aumentó ostensiblemente, las fueras militares incrementaron el pie de fuerza, aparecieron nuevos grupos armados ilegales y la estrategia de la guerra cambio, en medio de los helicópteros, los erradicadores manuales, los campesinos y la población rural esperaron un cambio en las políticas agrícolas.
En el sur del país las marchas cocaleras cobran fuerza, los campesinos exigen soluciones, se fumigan los cultivos pero no se ofrecen alternativas agrícolas, por ello, la frontera agrícola crece a mayor velocidad y los cultivos se internan en lo profundo de la selva.