Bloqueos estratégicos y sin vías alternas
El paro inició con bloqueos en la glorieta del cementerio de Paipa, donde alrededor de 20 personas y ocho volquetas del gremio minero impiden el paso de vehículos, salvo misiones médicas. La vía Bogotá–Tunja–Paipa–Sogamoso permanece interrumpida sin alternativas viales inmediatas.
Otros focos de concentración se reportan en la glorieta Gustavo Jiménez (Duitama–Nobsa–Sogamoso), en Vado Castro (Tópaga–Monguí–Corrales), y en la vía nacional Bogotá–Tunja, sector Puente de Boyacá, donde cerca de 200 personas mantienen un bloqueo total en rechazo a la delimitación de páramos. El Instituto Nacional de Vías (Invías) confirmó el cierre total en el kilómetro 107+600, lo que agrava la crisis logística en el centro del país.
¿Quiénes protestan y por qué?
La movilización reúne a mineros del carbón, campesinos de zonas paramunas y comunidades del oriente boyacense. Sus demandas son puntuales:
- Revisión del sistema de regalías: denuncian que la actual distribución de recursos es inequitativa y no refleja el impacto de la actividad minera en las regiones productoras.
- Formalización minera: pese a esfuerzos normativos, cientos de mineros aún operan en la informalidad. El acceso a licencias, asistencia técnica y reconocimiento institucional ha sido limitado y excluyente, aseguran.
- Condiciones de exportación: el gremio exige reglas claras para exportar carbón, al advertir sobre pérdidas económicas por la incertidumbre regulatoria.
- Transición energética justa: aunque reconocen la necesidad del cambio hacia energías limpias, piden que no implique la desaparición de empleos sin garantías de reconversión laboral ni inversión local.
“Estamos exigiendo medidas concretas que garanticen la estabilidad de nuestra actividad económica y la protección de miles de empleos que dependen de la minería en el departamento”, afirmó el Comité Minero de Boyacá en declaraciones a medios locales.
Consecuencias inmediatas
El paro ha generado la suspensión total del transporte intermunicipal en municipios como Sogamoso. Según reportó la emisora comunitaria Sol Estéreo, los despachos fueron cancelados por falta de garantías. El gremio también bloqueó la vía entre Sogamoso y Mongua y esparció carbón sobre la carretera.
La Cámara Intergremial del Transporte de Carga (Colfecar) advirtió sobre retrasos en la distribución de alimentos perecederos. El Puesto de Mando Unificado (PMU) reportó que los efectos ya se evidencian en el turismo, la recolección de basuras en Sogamoso y los tiempos de entrega de carga.
Incluso la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) decidió aplazar el partido entre Patriotas y Once Caldas, por falta de condiciones logísticas.
Escalada del conflicto y respuesta institucional
Durante el segundo día de paro, el Gobierno Departamental de Boyacá anunció la presencia de delegados de su gabinete en los puntos de concentración, aunque líderes mineros y campesinos denunciaron la ausencia del gobernador Carlos Amaya y de la ministra de Ambiente, Lena Estrada, en una reunión clave en Güicán. “La inasistencia fue tomada como una burla”, señalaron voceros.
Las manifestaciones también se expanden hacia el norte de Boyacá. En las provincias de Ricaurte y Gutiérrez, líderes paramunos anunciaron bloqueos en la carretera central. Las concentraciones se han extendido a Villapinzón, Tuta (sector El Salitre), Belén y Monguí, en el marco de una jornada de presión coordinada.
El gobernador Amaya explicó en entrevista radial que su administración ha propuesto mesas técnicas en Paipa con la participación de varios ministerios, pero “los bloqueos persisten ante la falta de acuerdos previos con el Gobierno Nacional”.
Una tensión que crece
La protesta ha sido pacífica, pero no está exenta de tensiones. El martes 5 de agosto se reportó el fallecimiento de un hombre en una ambulancia que quedó detenida en medio del paro. El vehículo, que hacía fila para pasar por Ubaté, no logró llegar a tiempo al centro médico.
Mientras el Comité Minero insiste en mantener el paro de manera indefinida, el Gobierno Nacional aún no ha anunciado medidas concretas frente a las exigencias. La ciudadanía, entre tanto, enfrenta retrasos, escasez de productos y un creciente sentimiento de incertidumbre.