Corrupto es aquel que busca solo atesorar para él sin importar el otro o la ley.
Por Cristian Camilio Sánchez Urriago
Es como el hombre (o mujer) que buscaba tener un trabajo estable y bueno, con el fin de ayudar a su familia. Un día el presidente de una gran compañía le ofreció el puesto de administrador económico, en una entidad sin ánimo de lucro, al servicio de niños con discapacidad. Al paso del tiempo el hombre fue creando proyectos para la creación de más fundaciones al servicio de los niños, lo cual le permitiría tener un mayor manejo de dinero.
Pasado el tiempo el hombre vio que todas las fundaciones creadas no abarcaban por completo el dinero conseguido. Entonces se dijo: «he trabajado duro durante mucho tiempo, considero que todo el dinero que sobre es para mí ya que, logré hacer el bien a los otros con mi trabajo en las fundaciones, ahora considero que debo hacer el bien para mí y mi familia».
Por lo cual, este hombre comenzó a gastar dinero sin importarle para qué, ni de dónde venía; gastó en viajes y en lujos personales y familiares. Todo esto ocurrió hasta que un día el hombre se olvidó de su trabajo, de ayudar a los otros, y su corazón se centró en las recompensas para él. Lo cual lo llevo a vivir solo y permanecer así hasta el último día de su vida.