El grupo de investigación Estudio y aprovechamiento de productos marinos y frutas de Colombia, de la U.N., cultiva una muestra de estos seres vivos recuperados de ambientes marinos para conformar una colección que hoy cuenta con más de 250 de estos ejemplares.
Como las plantas, animales y microorganismos producen compuestos distintos según la zona en que se encuentren, es importante volver a valorar su composición química para cada región, aunque algunos de ellos ya se hubieran estudiado en otras regiones del mundo. Le. puede interesar: Investigación raja puerto marítimo de Cartagena
“Cada organismo tiene una producción metabólica diferente y, para el caso de los microorganismos, factores como la temperatura, el medio de cultivo, la oxigenación, la luz, el tiempo de cultivo y el contacto con otros microorganismos producirá compuestos muy diferentes”, explica el profesor Leonardo Castellanos.
Trabajar con estos microorganismos también requiere de la colaboración de expertos en el área de la microbiología, con el fin de que puedan identificarlos, además de desarrollar la formulación apropiada del medio de cultivo que deberá proporcionárseles, puesto que de ello dependerá, en últimas, lo que produzca. Es por eso que no solo los microbiólogos sino también los ingenieros químicos juegan un papel importante.
“Este proceso nos ha permitido obtener una serie de moléculas muy interesantes de una manera renovable, que si bien en su etapa exploratoria se limita a 500 o 1.000 mililitros por cultivo, requiere del trabajo conjunto con el Ibun y la profesora Nubia Moreno, para llevarlo a una escala industrial”, prosigue el docente.
¿Qué organismos fueron investigados?
En un principio las investigaciones se concentraron en organismos como octocorales y esponjas marinas –cuyas moléculas tienen una actividad biológica prometedora–, a partir de los trabajos realizados en colaboración con el profesor Sven Zea, de la U.N. Sede Caribe, y la profesora Mónica Puyana, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, quienes también participan de los estudios con microorganismos.
Según la explicación del docente, después de evaluar su uso potencial como bioinsumo agrícola, y de identificar más de 200 cepas, se podrían llegar a obtener algunos candidatos para continuar con los estudios de su posible aplicación, como por ejemplo controlar fitopatógenos e insectos plaga a nivel comercial.
Aunque de estos macroorganismos marinos se obtuvieron compuestos con buenas perspectivas de estudio, la necesidad de contar con grandes cantidades y la dificultad para cultivarlos, asociadas con la aparición de enfermedades en el arrecife coralino y con la acción de huracanes, han hecho virar las investigaciones hacia los microorganismos como fuente novedosa de compuestos potencialmente aprovechables, cuyos primeros resultados ya se comienzan a ver.
Compuestos anticancerígenos
También se han identificado otros microorganismos con actividad antipatogénica que no matan al patógeno sino que anulan la posibilidad de que este exprese su potencial de causar daño al cultivo, y además se evita que cree resistencia. Le puede interesar: Con acuarios individuales mejoraría la producción de camarón Muchila
Su aprovechamiento depende tanto del énfasis que se les quiera dar como del tipo de ensayo que se adelante, puesto que, de hecho, se han identificado compuestos que tienen actividad anticancerígena, antiviral o antiinflamatoria.
Con información de Agencia de Noticias UN