Muchas heridas por sanar, muchos anhelos por reconquistar, muchos más sueños por cumplir. Son sólo algunos de los grandes retos que tenemos al frente, en plena era del posacuerdo.
Es cierto que aún hay mucho terreno por despejar pero, contrario a lo que se podría pensar, quizás el camino más espinoso esté dentro de nosotros mismos.
Claro, son tantas, tan complejas y hasta cierto punto tan difíciles las tareas a emprender, que preferiríamos dejarlas en manos de otros.
Como lo dijera hace algunos años el investigador social Tomás Villasante, “la complejidad de la sociedad no nos deja precisar cuál será el fin de un proceso, pero, aunque no lo podamos saber, estamos implicados en su construcción social”. Así de claro: querámoslo o no, estamos implicados. Nos corresponde, entonces, actuar, para que otros no sigan tomando decisiones por nosotros.
¿Y cuáles son las acciones más urgentes? Reconstruir memoria histórica es una de ellas; que las propias víctimas narren sus hechos que casi siempre han sido mal contados por los otros.
Es lo que ha entendido ACPO con su estrategia de convergencia de medios, que incluye la capacitación de los estudiantes de las Escuelas Digitales Campesinas (EDC) en comunicación y periodismo, para que participen de manera activa en la Red de Reporteros Rurales, R3.
Quizás alguien cuestione si nuestras campesinas, campesinos e integrantes de comunidades afrodescendientes e indígenas están preparados por contar lo que les ha pasado a ellos mismos. En contados casos, la respuesta puede ser negativa pero ello, lejos de convocarnos a la inacción, nos exhorta a trabajar.
¡Que se tomen los medios! Esa podría ser la consigna.
Y es que la “verdad”, como un delicioso manjar, nos la han vendido, con frecuencia, en seductores empaques…¡Pero envenenada! (Le puede interesar: “Somos gigantes informados, pero enanos de la comunicación”: Dominique Wolton)
Todo porque, como lo dijera Boaventura de Sousa Santos, el padre de la “epistemología del sur”, ellas y ellos casi siempre han sido “objetos de estudio” o de experimentación, y no sujetos que “están en capacidad de representar el mundo como suyo”. Y “sólo si podemos representar el mundo como nuestro, podemos transformarlo”.
¡Esa es la tarea!
Por: Juan Carlos Pérez Bernal – Equipo Editorial El Campesino.