Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN, el oso de anteojos es una especie en peligro de extinción. El decaimiento en su población se debe a la interacción inevitable con el ser humano.
Por lo que sus principales amenazas son la ampliación de la frontera agrícola, la deforestación, la cacería y la comercialización de sus partes. Cabe mencionar que su vulnerabilidad también se da porque generalmente son tímidos y huidizos.
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Sin embargo, en el marco del Proyecto de Ecosistemas Estratégicos y Biodiversidad de CORPOCHIVOR, ubicado en el Páramo Mamapacha y Bijagual, se logró registrar por medio de la técnica de fototrampeo, la presencia por segundo año consecutivo de un ejemplar macho adulto.
El importante avistamiento fue en el municipio de Garagoa, que se suma a un nuevo registro de una hembra y su cría en Ramiriquí, Boyacá. Esta es una prueba sólida del buen estado de conservación y preservación del área boscosa y de páramo.
Además es el resultado de un trabajo de sensibilización en las comunidades, para que convivan en armonía con las diversas especies del territorio. Resulta indispensable fortalecer estas estrategias y replicarlas en otras zonas del país.
Por: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.