El documento propone asegurar que se incorporen medidas para prevenir la mano de obra de menores en los programas de desarrollo agrícola y rural, en particular los destinados a los agricultores familiares.
Redacción El Campesino*
Aunque los programas que tienen el objetivo de impulsar la producción de alimentos y dar apoyo a los agricultores familiares a menudo tienen componentes sobre la cuestión del trabajo infantil en la agricultura, en algunos casos, pueden incluso contribuir al problema cuando las mejoras en la capacidad de producción conducen a una mayor demanda de mano de obra que se satisface con niños trabajadores. Muchos programas de desarrollo agrícola no supervisan o evalúan su impacto efectivo o potencial en la mano de obra infantil.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en todo el mundo un gran número de niños participa en el trabajo agrícola. Lo anterior es una situación normal en las explotaciones familiares y siempre que permanezca dentro de límites aceptables, no sólo es beneficioso para la comunidad, sino que también permite a los niños adquirir valiosos conocimientos y habilidades.
Sin embargo, para unos 100 millones de niños este trabajo va más allá de lo aceptable, interfiere con la escolarización o los hace participar en trabajos peligrosos y nocivos para la salud.
Lo que contiene el manual
El Manual para el seguimiento y evaluación del trabajo infantil en la agricultura proporciona un conjunto de instrumentos fáciles de usar de métodos de investigación y recopilación de datos para evaluar el trabajo infantil en la agricultura y los efectos que pueden producir diversos tipos de programas de desarrollo. Además, alienta la determinación y uso de buenas prácticas para prevenir el trabajo infantil.
Por otro lado, también ofrece recomendaciones prácticas para recoger información a fin de dar seguimiento al impacto del trabajo infantil en el rendimiento escolar y la salud.
La guía está destinada a las organizaciones de agricultores, las ONG, las organizaciones internacionales, los ministerios de agricultura, los encargados de formular las políticas y a otros participantes de los programas agrícolas, con relación a la agricultura, la pesca y la acuicultura, la silvicultura o la producción pecuaria.
Para el director de la División de protección Social de la FAO, Rob Vos, en los últimos años se observa un aumento de la sensibilización en torno al trabajo infantil y su papel en la producción agrícola de exportación, como el cacao, el café y el algodón.
“Se observa una acción mucho más eficaz para prevenir el trabajo infantil en estas cadenas de valor. No obstante, el trabajo infantil en las explotaciones familiares que no está relacionado con los mercados internacionales de productos básicos, permanece prácticamente intacto. La nueva guía intenta llenar este vacío», explica Vos.
Adicionalmente, el manual destaca la necesidad de tratar el problema del trabajo infantil en las explotaciones familiares de una forma apropiada y sensible al contexto, que respete los valores locales y las circunstancias de las familias. La protección social y los programas para reducir la pobreza pueden ser particularmente eficaces para ayudar a las familias pobres a mandar a sus hijos a la escuela y evitar exponerlos a trabajos peligrosos en las fincas.
La promoción de tecnologías que economicen el trabajo también puede ayudar a prevenir el trabajo infantil en la agricultura reduciendo la necesidad del insumo infantil, a la vez que unas prácticas agrícolas más seguras reducirán las condiciones de trabajo peligrosas para todos.
Mañana, 16 de junio, la FAO inaugura la nueva «Plataforma sobre agricultura familiar», cuyo objetivo es servir como un centro en línea de información, mejores prácticas, estadísticas y temas más relacionados con la agricultura familiar.
*Tomado de Infoagro