Los Guambianos, más conocidos como Misak son un pueblo indígena asentado en el departamento del Cauca, principalmente en los municipios de Silvia y Piendamó. Para el año 2005 la población era de 21.085 personas, de las cuales el 50,4% eran hombres y el 49,6% mujeres, datos reportados por el Censo realizado en dicha fecha. Su lengua materna es Wampi-misamerawam y representa un factor fundamental para la conservación de su cultura.
Los Misak se caracterizan por el trabajo mancomunado para la producción agrícola y la protección del territorio, así como por ser la gente del agua, pues de acuerdo a su cosmología su vida se debe gracias a los nacimientos de este elemento entre las montañas, es por esto que atribuyen un valor superior al agua y sus distintas formas de existencia.
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El reconocimiento y la comunicación con la Madre Tierra es indispensable para esta comunidad indígena, por lo que son tan importantes los moropik, sabios que tienen el poder de trabajar con el agua y sus seres, conectados de tal manera que pueden atraerla, alejarla o transformarla. Como el caso del taita Juan Bautista Ussa, un moropik que plasmó en sus pinturas las sensaciones y mensajes recibidos en hermandad con el agua.
Obras creadas durante las décadas de 1980 y 1990 en la vereda Peña del Corazón ubicada en el municipio de Silvia, Cauca y que años después saldrían a partir de la gestión de la antropóloga Sandra León para ser expuestas en la Universidad Nacional, el Jardín Botánico y la Universidad del Tolima. Estas pinturas se pueden apreciar actualmente y gracias a la donación del antropólogo Luis Guillermo Vasco, en el Museo Nacional de Colombia ubicado en Bogotá.
La exposición llamada “Moropik y los seres del agua” estará disponible hasta el 26 de febrero del presente año y cuenta con un total de 15 pinturas que están acompañadas por una serie de textos; fruto del trabajo de Guillermo Vasco, Sandra León, los taitas Misael Aranda, Abelino Dagua y la profesora Mercedes Tumiñá.
Por: Karina Porras Niño. Periodista.