Misericordia para aquellos que pocos quieren perdonar es el clamor del Papa.
Por Rubén Gil
Misericordia es lo que pide el Papa Francisco a todos los obispos, sacerdotes y fieles de la iglesia católica para con los creyentes y aún más para con los que no lo son. El 13 de marzo de 2015 el Papa dio a conocer su intención de celebrar un año santo extraordinario, llamado el jubileo de la misericordia. En aquel momento el Papa exclamó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”. Este año santo iniciará el 08 de diciembre de 2015 con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. El Papa quiso llamarlo el jubileo de la misericordia haciendo referencia al quincuagésimo aniversario de la clausura del concilio vaticano segundo, en 1965. Toda esta celebración está cargada de significados, por ejemplo la apertura de la puerta santa significa la posibilidad que tienen todos de ingresar por la vía de la salvación, y el jubileo, que para los hebreos era un año declarado santo, que recurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal, significa la posibilidad de que durante este año las personas reciban la absolución e indulgencia de sus faltas y puedan restablecer la relación con Dios y con el prójimo. Durante lo que va corrido del año el Papa Francisco ha insistido permanentemente en la práctica de la misericordia. Estas son algunas de las frases que él ha mencionado: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”. “En las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”. “Estoy convencido que toda la Iglesia, que tiene tanta necesidad de recibir misericordia, porque somos pecadores, podrá encontrar en este Jubileo la alegría para redescubrir y hacer más fecunda la misericordia de Dios”. “Confiemos este año desde ahora a la Madre de la Misericordia, para que dirija a nosotros su mirada y vele sobre nuestro camino: Nuestro camino penitencial, nuestro camino con el corazón abierto, durante un año a recibir la indulgencia de Dios, a recibir la misericordia de Dios”.
La misericordia que el Papa promulga exige desarmar el corazón de todo odio, venganza, rencor, ira, intolerancia, incomprensión, etc. Porque sólo aquel que practique misericordia recibirá misericordia.