Milagro de santa Teresita del Niño Jesús impide que su comunidad monástica sea desposeída de sus bienes.
Por Rubén Gil
Milagros de la joven francesa, que desde muy pequeña quiso entregar su vida a Dios, son el resultado de la fidelidad que tiene Dios para sus hijos con capacidad de amor y de servicio hacia sus hermanos. Ella misma experimentó los milagros que le concedía la virgen María. Tal vez el milagro más significativo para santa Teresita fue haber podido ingresar, a los 15 años, al monasterio de las carmelitas descalzas, después de tanto esfuerzo y sufrimiento. De esta santa se puede conocer toda su hermosa vida en su autobiografía “Historia de un alma”. Allí narra cómo se fue perfeccionando poco a poco, especialmente después de la pérdida de su madre. El caso es que Dios ha permitido que se sigan obrando milagros por medio de santa Teresita. Fueron tan numerosos los milagros después de su muerte que la santa sede decidió canonizarla antes del tiempo acostumbrado. Uno de los milagros que han sido publicados es el siguiente: Corría el año 1910 y el Carmelo de Gallipoli en Italia se encontraba atravesando por duros problemas económicos. La comunidad se dedicaba a la fabricación de hostias y a labores delicadas como bordados, más la deuda de 300 liras que en ese momento pesaba sobre la institución, no podía ser solventada solamente con los ingresos de estos trabajos.
La priora del convento decide pedir la intercesión de Teresita del Niño Jesús, celebrando un triduo a la Santísima Trinidad.
Pasaron unos días al cabo de los cuales la priora, madre María Carmela, tuvo un sueño en el que una joven carmelita le sonreía y la invitaba a echar un vistazo a la pequeña caja que contenía un papel en el cual estaba anotada la deuda del convento. En ese mismo momento le ofreció 500 liras.
A la mañana siguiente la madre priora hizo conocer el sueño a la comunidad. Intrigadas y llenas de expectativa, las hermanas se reunieron en la habitación del torno, lugar donde se encontraba la cajita que había divisado en sueños. Al abrirla apareció un billete nuevo de 500 liras.
Este no fue el único milagro. Pronto aparecieron otras 25 liras en la misma cajita, sucediéndose durante cuatro meses estos hechos extraordinarios.
Al quinto mes del primer milagro, Teresita del Niño Jesús volvió a aparecerse en sueños a la priora del convento para informarle de sus nuevas intenciones. La santa le prometió otro billete de cincuenta liras que encontraría en la cajita. Pero no había un billete, sino tres de esa cantidad. Y unos meses después apareció otro billete de cien liras. La comunidad estaba como en éxtasis. Cada una de las hermanas podía palpar con sus propias manos los milagros que se sucedían una y otra vez en su recinto.
Parece increíble creer en este tipo de milagros pero sabiendo que viene de una de las santas más extraordinarias que tiene la iglesia católica es casi que imposible descartarlo radicalmente. Y si Jesús sacó una moneda de la boca de un pescado para pagar lo que por ley le correspondía, entonces por qué no creer en la mediación de santa Teresita para aliviar las deudas de la que fue su comunidad.