Al occidente de Boyacá se encuentra Maripí, un municipio de 7.480 habitantes de los cuales, el 87% se ubica en el área rural del mismo. Allí, entre ríos y montañas, los jóvenes maripenses han forjado un proyecto que es motivo de orgullo y que hoy, les anima a encontrar nuevos rumbos para construir sus proyectos de vida.
Maripanela, así es como ellos mismos le han llamado a su propia apuesta naciente en el año 2016 por un territorio en paz. “Cambiar del amargo de la guerra, al dulce de la paz”, y que mejor manera de hacerlo que exaltando nuestro principal producto que es la panela.
En su primera fase, Maripanela contó con el apoyo de Fundación Bolívar Davivienda, Acción Cultural Popular – ACPO y el Programa de Desarrollo y Paz del occidente de Boyacá – BOYAPAZ. Apoyo que sirvió para sentar las bases de una marca de tradición boyacense, a través de la construcción de su logo.
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Situaciones como las precarias condiciones en el municipio, que incentivan el subempleo y la informalidad, lo que, a la vez, redunda en escasos ingresos económicos por familias, especialmente para las mujeres; implica que los maripenses estén pensando en nuevas actividades de subsistencia que reemplacen a otras como la minería, que siempre ha sido un sector controversial por su informalidad y los conflictos y la violencia derivada en la región, por la explotación de uso ilícito.
Así las cosas, los mismos habitantes han encontrado en la agricultura, específicamente los cultivos de la caña y el café; así como la producción de panela natural, nuevas oportunidades de inserción económica con gran potencial que involucran a niños, jóvenes y adultos.
Una segunda fase surge con Manos Unidas
Acción Cultural Popular – ACPO y el Programa de Desarrollo y Paz del occidente de Boyacá – BOYAPAZ, con el apoyo de Manos Unidas, son las organizaciones que adelantan el impulso y desarrollo de Maripanela en su segunda fase. Y ahora, en este 2020, son quienes acompañarán a la comunidad maripense a potenciar sus experiencias en nuevas oportunidades de negocio.
Después de tres años de aprendizajes, participación en ferias y eventos de emprendimiento y reuniones entre los jóvenes y la comunidad, Maripanela está listo para dar un paso más y trabajar en la estandarización de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), así como en la creación de su propio plan de negocios, que incluya el fortalecimiento comercial a través de redes sociales y ventas online.
Por tratarse de un proyecto con espíritu intergeneracional, los adultos, dedicados por años a las actividades agropecuarias, son quienes lideran el componente productivo y orientan a los jóvenes en la cadena de valor de la panela. Y ellos, a su vez, lideran el componente comercial, promoviendo la difusión del producto hacia el cliente final. Es así como ambas generaciones estrechan lazos y se involucran en ambos procesos, porque están convencidos que la unión hace la fuerza.
Por: Lina María Serna. Periodista – Editora.