Por: Andrés Fernando Silva Valero
Luis Beltrán es uno de los santos más famosos de la Iglesia Católica. Aunque este santo no nació en Colombia, sí vivió gran parte de su vida en nuestro país haciendo el bien.
El 9 de octubre la Iglesia recuerda a San Luis Beltrán con especial cariño, porque fue de esas personas que no le importaban sacrificarse para que los demás fuesen felices, y mucho más, sabiendo que esta felicidad venía como fruto del encuentro personal con Jesús.
San Luis Beltrán entendió que lo importante no era acumular cosas materiales, sino compartir con los demás, lo que Dios le había regalado. Fue así que San Luis Beltrán lleno del amor de Dios y su alegría, quiso regalarles a los indígenas, la dicha que había en su corazón.
Un poco de historia
A San Luis Beltrán lo enviaron a nuestro país con la tarea de dar a conocer a Jesús y transmitir la fe a los aborígenes. No fue una tarea fácil porque se encontró con personas que hablaban otras lenguas y no el español como él lo hacía; sin embargo, pero gracias a la confianza y la fe en Dios, pudo hablar esos idiomas y comunicarse con los nativos. Además de eso, se encontró también con algunos miembros de familias indígenas que querían asesinarlo, pero San Luis Beltrán no sentía miedo y orando con mucha fe en Dios, siempre salió bien librado estas situaciones.
Como parte de su experiencia se dedicó a enseñarles a los indígenas sobre Dios, haciendo que muchos de ellos creyeran en El y optaran por el bautizo.Fue una persona que con sus actitudes logró atraer a muchos indígenas para que se sintieran interesados por conocer y vivir la fe cristiana. (Le puede interesar: El Papa en defensa de los pueblos indígenas de América: “Perdón” )
San Luis Beltrán nos enseña que ser santos es posible, que no es algo imposible. Con su ejemplo y lo que hizo en vida nos anima a seguir sus pasos, teniendo presente que la verdadera alegría de la vida está en dar a los demás de lo que Dios nos ha dado, pensando siempre en el bien y en la felicidad de los demás.