Leonardo de Boff, en su libro “los sacramentos de la vida” nos expone una teoría acerca de los sacramentos. Dice que “el hombre es el ser capaz de leer el mensaje del mundo, nunca es una analfabeto, por sus capacidades intelectuales que posees va a estar presto siempre a encontrarse con una multiplicidad de lenguajes, puede leer, interpretar, sentir, vivir sus experiencias desde lo interior e inferior”.
Cuando hablamos de la vida de los sacramentos nos estamos refiriendo a aquellas cosas significantes que comienzan a hablar desde su propio significado, es decir, el hombre va a escuchar, de esa manera está emergiendo el edificio sacramental, porque todo lo real no es sino una señal de una realidad fundante de las cosas de Dios.
El sacramento lo podríamos enfocar desde los recuerdos, siempre y cuando, estos se conviertan en sacramento por que recuerda y hace presente de una manera significativa y experiencial, aquello que vivió, con su familia, u otros seres queridos, convirtiéndolo de un arquetipo familiar en un marco de referencia con valores fundamentales. Deja de ser cosa para convertirse en señal o símbolo
Desde el punto de vista sacramental, la transparencia del mundo respecto de Dios, es la categoría que nos permite entender la estructura y el pensamiento sacramental. Cuando en cada navidad la vela se enciende, recuerda dos cosas: indica y apunta a un hecho pasado y habla del gesto de la fraternidad, rescatándolo de la mortalidad del pasado y haciéndolo vivir en el presente.
Las expresiones son los sacramentos. Estos suponen la Fe, expresan la Fe, y alimentan la Fe. Puesto que la Fe implica una conversión, el sacramento sólo es eficaz y se realiza plenamente en el mundo cuando expresa la conversión y lleva permanentemente a la conversión.
Autor: Hermana Elita Flores , Facilitadora EDC – Cundinamarca.
Editor: Katherine Vargas Gaitán, Periodista Editora. @KatheVargas
