El mundo culinario de Colombia es bastante amplio, las preparaciones a base de maíz y de harina están presentes en casi todas las regiones del país y esto a causa de varios factores entre ellos un antecedente milenario de tradiciones indígenas. Los desayunos y las onces son acompañadas de amasijos deliciosos.
Por: Periódico El Campesino
Temprano en las mañanas el olor a pan se cuela entre las calles de un pequeño municipio en el centro del departamento de Boyacá, en Arcabuco famoso por sus tradicionales almojábanas, existen cuatro fábricas que desde hace más de 30 años fabrican este ponderado alimento que acompaña las comidas de cientos de personas en esta región del centro del país. La almojábana aparece en un libro de recetas españolas de mediados del siglo diez ocho, sin embargo el toque especial de esta bolita de harina se la da la cuajada. Boyacá desayuna y toma onces acompañada de almojábanas horneadas en horno de barro.
Entre tanto en el Valle del Cauca existe otro amasijo que tiene una historia singular, aunque hace parte de las historias populares de las que no se tiene certeza el pan de bono , un aro fabricado también harina de maíz, es fundamental a la hora de iniciar las actividades cotidianas. Cuenta la historia que el origen de este producto se dio entre los municipios de Dagua y de Cali. Allí se ubicaba la hacienda el Bono en donde cinco mujeres fabricaban estos círculos de harina que luego eran llevados a Cali a lomo de caballo y de mula envueltos en hojas de plátano. Los arrieros al llegar a la capital anunciaban su producto como el pan de bono, nombre que quedaría para siempre y haría de este amasijo un elemento identitario del departamento azucarero.
Finalmente las achiras del Huila, fabricadas a base de maíz pilado son el pasabocas preferido por los Opitas, en el municipio de Altamira en el sur del departamento, se fabrican decenas de bizcochuelos que forman parte fundamental de la economía de este poblado.
Sin duda los amasijos como la gelatina de pata, los liberales, los buñuelos, las rosquitas, repollitas, torrejas, pan dulce del Chocó, panderos, garullas y tantas otras que nos escapan hacen parte de la tradición culinaria de la nación.