Se diría que desde el año 1 D.C., según el gran ejemplo de nuestro líder Jesús, nuestros pueblos tenían que vivir en paz. Colombia no debería ser la excepción; hoy el país busca un líder activo que genere el cambio en nuestras comunidades.
Por: Miguel Ángel Arango Cifuentes, Facilitador EDC Nuquí (Chocó)
No hay que dudar ni un momento que el máximo líder que ha existido en el mundo es Jesús, quien, demostrando humildad, logró dar a conocer a su pueblo que tenía un padre creador.
Generar un cambio en Colombia está en manos de cada individuo que crea que siendo líder en su región puede hacer de ella un sitio de paz y sana convivencia. De acuerdo a la frase de Mandela: “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Por esto, debemos encontrar uno o más líderes en cada región que nos ayuden a educar en valores y formar en conocimiento integral a cada uno de nuestros niños, jóvenes y adultos.
Con esta idea va resucitando el movimiento de líderes de Acción Cultural Popular- ACPO, con el único objetivo de “empoderar al campesino colombiano a través de un movimiento nacional de líderes para promover el desarrollo rural integral”. Este líder tendrá que ser agente promotor de cambio, con todo el sentido de pertenencia por su comunidad y con la pasión desbordada por ver su pueblo educado y en paz.
Solo con pasión tendremos resultados. De nada nos sirve que se hable de paz y educación en los escritorios si en el campo no pasa nada que haga reaccionar a las comunidades en la necesidad de educarse para mejorar su calidad de vida. Por esta y muchas más razones comenzamos la búsqueda en toda Colombia de aquel líder transformador, generador y convencido de lograr cambios positivos en las diversas regiones de nuestro país.
Si cree usted que es el tipo de líder que este país necesita y cree en la renovación del líder en esta nueva etapa de paz, contacte a Acción Cultural Popular- Acpo.
*Este es un texto generado a partir del trabajo de las Escuelas Digitales Campesinas de Acción Cultural Popular- ACPO, que buscan promover el liderazgo del campesinado colombiano a través de procesos de educación, formación y capacitación, orientados a su dignificación, inclusión y desarrollo.
