En medio de la polémica sobre si deben o no permanecer las comunidades rurales en Parques Nancionales Naturales, elcampesino.co habló con Ermeliza Mancilla, líder y presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Bellavista, en el departamento del Meta. A partir de su experiencia y liderazgo en su comunidad, expuso la situación de los campesinos que habitan dentro del Parque Natural Regional Sierra de la Macarena y cómo el gobierno les ha incumplido con los planes de sustitución de cultivos de uso ilícito, una de las mayores problemáticas que enfrentan los Parques Nacionales.
Ermeliza, ¿Cuándo se da cuenta de que vivía en una zona de Parques Nacionales Naturales?
Llegué a esa región en el 2003, ya mi mamá vivía allí. Me entero de que nosotros estábamos dentro de Parques Nacionales en el 2010, pero ya teníamos infraestructura, ya teníamos una personería jurídica. Entonces por qué ahora, que no se puede invertir, que no se pueden implementar proyectos productivos (…) si la idea es aburrirnos para sacarnos del parque, me disculpa la expresión, se jodieron, nosotros somos campesinos y sabemos vivir del campo y allá nos vamos a quedar.
¿Cuál es la situación que viven las comunidades que viven en los Parques y por qué se ven obligados sembrar coca?
Nosotros los campesinos no tenemos más oportunidades. Lastimosamente tenemos que sembrar la coca para sostener a nuestras familias, la coca para nosotros fue y ha sido educación, salud e infraestructura, ha sido todo, porque si miramos la situación de Colombia, la educación es lo más pésimo que hay. Y si hablamos de la salud, ni se diga. Nosotros allá en la escuela nos mandan solo bachilleres para que eduquen a nuestros hijos, es injusto.
Entonces no les queda otra opción…
No tenemos vías de penetración, vivimos muy lejos del casco urbano, se nos dificulta inclusive hasta que nos llegue la alimentación, todo eso se nos ha dificultado hasta hoy. Allá se da mucho lo que es el pan coger como el plátano, la yuca, pero así como te digo, son alimentos perecederos que si no los sacas a tiempo tú vas a perder la cosecha. Entonces para nosotros eso nos ha dado es pérdidas.
Ermeliza, en el marco del programa de sustitución de cultivos de uso ilícito en Bellavista, ¿cuántas familias dependen de dicho programa?
Somos 115 familias en la vereda Bellavista, pero si hablamos del núcleo, que son 5 veredas, estaríamos hablando de 460 familias. (Le puede interesar: ¿Cómo garantizar los derechos de las comunidades rurales y proteger los Parques Nacionales?)
¿Desde hace cuánto hacen parte del programa sustitución de cultivos de uso ilícito?
Desde mayo del año pasado. El primer acuerdo que tuvimos lo hicimos el 27 de febrero en San José del Guaviare, que se hicieron los acuerdos colectivos. En mayo ya vino la inscripción por familia y el 26 de octubre fue el primer pago, y ya el 23 de agosto cumplimos el quinto pago.
¿Cómo va el proceso de sustitución en la región?
Está bien complejo porque hasta el momento con lo que han cumplido es con el apoyo económico que nos dan cada dos meses, 2 millones de pesos, pero eso uno no alcanza a cubrir las necesidades básicas. Inclusive, nosotros vamos para un año ya de vincularnos al PNIS y no hemos podido concertar lo de los proyectos productivos. Ha sido difícil porque lastimosamente estamos en parques.
¿Qué cultivan a cambio de la coca?
Hasta el momento no estamos cultivando nada porque nos dijeron que nos daban 1.800.000 para el proyecto productivo de corto plazo, como las huertas caseras, para ayudarnos a sostener. Se había dicho que nos iban a dar 10 millones para empezar el proyecto productivo de ciclo largo para sostener nuestras familias a futuro, pero eso no ha llegado, porque Parques dice “es que allá no se puede hasta que no lleguemos a acuerdo, allá no se puede porque van a deforestar”. Siempre tienen la traba, pero nunca dan soluciones.
¿Qué va a pasar cuando culmine el programa?
El 23 de este mes recibimos el quinto pago, se van a acabar los pagos y nosotros qué vamos a hacer. Lastimosamente si el Gobierno no se pone las pilas, nosotros vamos a seguir cultivando coca, porque es el único sustento que hemos tenido dentro de esa región. Para usted sacar un racimo de plátano sin vías, donde nosotros de la vereda al casco urbano, que es Puerto Concordia, nos echamos cuatro horas en la lancha y si hablamos de una moto, son tres horas y media. Y a pie nos gastamos un día. Un kilo de coca usted se lo hecha en el bolso corre y brinca con él.
Ya lastimosamente ya casi no hay coca, allá lo que queda solamente es lástima porque la situación es muy precaria. En un momento dado dice el Gobierno “en esa vereda no hay campesinos, hay solo guerrilla”. A raíz del paro del 2013 nos identificamos como campesinos (…) nosotros sí nos acogimos al plan de sustitución de cultivos, ya que nosotros somos pequeños cultivadores, pero nosotros no somos narcotraficantes.
¿Cómo ve la comunidad el poco avance en la implementación del programa de sustitución?
Nos reunimos como asamblea en la comunidad y nos hacemos la pregunta “nos queda un pago, qué vamos a hacer, de qué vamos a mantener a nuestras familias, si no tenemos nada asegurado”. (Le puede interesar: ¿Campesinos deben o no habitar Parques Nacionales Naturales?)
Nosotros podíamos decir cuando teníamos la coca, “de la coca podíamos sembrar el plátano, la yuca que eso nos servía para la alimentación de nosotros”, pero ahora ni eso. La verdad es que la estamos pensando y no sabemos qué va a pasar. Lo que nosotros le pedimos al Gobierno es que se meta más en el cuento, que traten de cumplirle más al campesino, porque si este programa fracasa, que ya lo veo que está flaqueando bastante, quienes más pierden son ellos porque van a perder credibilidad.
Me quedo con su frase “para qué cultivar plátano si no se puede sacar del corregimiento”, ¿qué puede pasar si el programa no se cumple?
Sabemos que la coca no es la mejor alternativa, porque ha traído muchos muertos, nuestros jóvenes de allá también hay muchos drogadictos. Nosotros sabemos estamos perjudicado bastante al país con eso, pero aún no tenemos otra alternativa que seguir sembrando la coca.
Por: Andrés Neira. Periodista.
Editor: Mónica Lozano. Periodista – Editora.