En el difícil trabajo de la caficultura, generalmente se ha pintado un paisaje de finqueros, montañas, recolectores, cafetos, cerezas rojas y mulas ariscas que sacan el fruto del árbol de café suave colombiano a los sitios de beneficio.
Pero muy cerca a ese entorno hay una aliada estratégica; indispensable y determinante en la consolidación de la caficultura del Huila. Se trata de la fémina, de la mujer valiente y capaz que, por años, quizás por siglos ha soportado guerras, afrentas y violencia.
Una historia de corazón
En las verdes y prósperas tierras de Gigante en el exclusivo Huila hay una inmensa mujer. Se trata de Mirian Consuelo Urrea Garzón, quien narró su historia que comenzó en Pacho, Cundinamarca, y se afianzó en las montañas del bonito Gigante. Le puede interesar: Prepare un delicioso arequipe de café de manera fácil
Ella y su esposo se inclinaron por la línea de cafés especiales porque el mercado estaba pidiendo un grano de mejor trato, con mayor calidad y obviamente con una mejor compensación.
Por todo esto, las mujeres del Huila le dieron vida a una serie de emprendimientos que contaron con todo el respaldo de la Federación Nacional de Cafeteros y del Comité Departamental de Cafeteros.
Caficulturas con risas, lágrimas y dolor
Mirian Consuelo, dice que, así como el café fue capaz de sobrevivir en la guerra, ahora está a punto de florecer en medio de la paz y ese deseo de esta amable mujer es más que sincero porque lamentablemente ella fue víctima del conflicto armado.
Pero como no todo es tragedia cuando hay ganas de vivir y sobran las ideas, Mirian empezó de cero, volvió a darle forma a su vida y ya son veinte años los que lleva dedicada a los cultivos de cafés especiales.
Del grupo que trabaja con Mirian, hay no menos de catorce mujeres que debieron pasar por situaciones de violencia; pero que de igual manera encontraron su vida nuevamente en las matas de café porque algunas llegaron sin hijos, sin esposos o sin familia.
Señoras apostándole a la diferencia
La matrona, la voz cafetera de Gigante les pidió a las multinacionales que apoyen todo lo concerniente a un comercio justo de café. Le puede interesar: Para un café diferente, una compra diferente
Pues, con la ruina cafetera del mundo, las grandes marcas siguen haciéndose los de la vista gorda porque sus cuentas no paran de llenarse mientras el pobre cafetero asume deudas; pérdidas y postración.
La idea, dijo, es poder apostarle a un café diferenciado que marque la diferencia en taza y le ponga más precio a un café que se siembra con mucho esmero; pero con costos de producción que, ante una caída de las cotizaciones, quiebra a más de uno.
En la finca “La Soñadora”. Crece un café muy especial y es por ello que Mirian su propietaria decidió bautizar la marca de su café de igual manera; porque los sueños son esperanza y la esperanza, como aseguran; es lo último que se pierde, solo que la experta en café no le apuesta ni siquiera a la última expectativa.
El café de Mirian es comprado por la Cooperativa Central de Caficultores del Huila, Coocentral, que logró poner el grano de esta emprendedora en el mercado internacional.
Actualmente, Miriam y sus muchachas, siguen trabajando en sus parcelas; en la obtención de un café diferenciado, porque anhelan negociar directamente con compradores del extranjero que por lo general visitan el Huila en busca de ese Dorado verde; el de las siembras de café especial.
Por: Germán Enrique Nuñez www.diariolaeconomia.com
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