“Lo rural no es exclusivamente, entonces, lo agrícola ni la sola expresión de la producción primaria. Lo rural trasciende lo agrario” es una de las definiciones que brinda María Adelaida Farah, economista y Magister en Desarrollo Rural, en su publicación sobre “mujeres rurales y nueva ruralidad en Colombia”, en donde Farah resalta la gran labor de la mujer rural y su crecimiento dentro de la nueva ruralidad, un fenómeno que está en crecimiento en los países de América Latina y El Caribe, según lo indica el Banco Mundial.
Esta ‘nueva ruralidad’ de la que tanto se habla, es más el reconocimiento del desarrollo y de las comunidades de estos sectores que intenta ir más allá de los índices de pobreza y se orientan “hacia una visión de lo regional y la sostenibilidad, no sólo de recursos naturales, sino también económica, política, social y cultural”, como lo señala Farah; y en la que están presentes diferentes actores sociales que participan activamente en procesos y proyectos de desarrollo rural.
Como muestra de esto, encontramos diversos proyectos que resaltan la labor de la mujer rural que aportan al desarrollo del campo y que ejercen una actividad económica no agrícola, en los que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) resaltan a nivel mundial dentro de la economía rural, tal es el caso de las más de 2.900 mujeres empresarias en Tanzania, Kenya y Uganda, quienes recibieron capacitación para iniciar su propio negocio en el sector rural; se destaca también el esfuerzo por garantizar la igualdad de género de la OIT para transformar los modelos tradicionales de discriminación en la cadena de valor agrícola.
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Proyectos como Café Femenino en el norte de Perú y Capacitación para el Empoderamiento Económico Rural en Pakistán, han permitido a la mujer un empoderamiento socioeconómico y un aumento en su autoestima con relación a las tradiciones discriminatorias en el sector rural, según la OIT; siendo estas capacitadas para ejercer nuevas labores agrícolas, apoyando la economía de sus hogares y aumentando el desarrollo rural a través de su participación en la cadena agrícola.
En su estudio, Farah resalta que “las mujeres han tenido que intensificar su participación en la agricultura y asumir tareas que antes eran eminentemente masculinas, tales como preparar terreno, abonar, desyerbar, aporcar y fumigar”, estas acciones permiten a la mujer ser identificada como agente especial para lograr el objetivo programado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el sector agrícola.
‘Nueva ruralidad’ en Colombia
Hoy en día con la emergencia sanitaria, es claro que la ruralidad y la urbanidad no se encuentran tan distantes como en un tiempo, y que lo que suceda tanto en una como en la otra es un conjunto global que puede afectar la economía de todo el país.
Este concepto, hace parte también del sector agrícola en Colombia, que, a pesar de haber sido azotada por la violencia por más de 50 años, actualmente después de los acuerdos de paz busca reactivar las oportunidades de este sector, a través de proyectos sostenibles que dentro de lo que es la nueva ruralidad, lograrán incrementar las proyecciones socioeconómicas para estos sectores.
De esta manera, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo a través de iNNpulsa Colombia, la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN) y el Fondo Colombia en Paz, en conjunto han invertido más de 3.500 millones de pesos, para financiar proyectos productivos en zonas de Antioquia, Caquetá, Meta, Putumayo, Huila, Valle del Cauca y La Guajira; en el que el 24% son proyectos conformados por mujeres.
El papel de las organizaciones rurales
Otro de los aspectos que se ven en el sector agrícola frente a la nueva ruralidad, son los proyectos que buscan incentivar el uso de las tecnologías, como los Kioskos Digitales de la iniciativa del Plan Vive Digital para los sectores rurales; sin embargo, son muchos los retos que enfrentan las comunidades rurales para que esta nueva era llegue a todas las zonas apartadas de Colombia.
A pesar de eso, las comunidades rurales han venido trabajando para el desarrollo socioeconómico rural con organizaciones como la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), Federación de Trabajadores Agrarios de Colombia (Festracol) y Federación Departamental de Mujeres Campesinas (FEDEMUC); entre otras, que aportan significativamente al desarrollo del campo y al cumplimiento de los objetivos para el desarrollo sostenible propuestos por La Asamblea General de la ONU (Organizaciones de las Naciones Unidas).
Otros aspectos globales que nacen de la ‘nueva ruralidad’
Existen otros nuevos escenarios que están impactando los sectores rurales a nivel mundial, estos se centran en los llamados ‘nómadas digitales’ y los ‘coworking rural’, entre algunos otros aspectos, que están generando cambios en cómo se ven los sectores rurales; los ‘nómadas digitales’ se destacan por su afición al teletrabajo desde zonas rurales, en las que solo bastan con tener una red wifi para trabajar desde su casa en el campo; y los ‘coworking rural’, son espacios de trabajos colectivos para que muchas personas de un mismo sector rural, en el que impulsan y potencian las actividades empresariales en aquellas zonas rurales.
En suma, son muchas las nuevas propuestas que incluyen el desarrollo del sector y del que se caracteriza por ser la ‘nueva ruralidad’, en la que expertos a través de sus estudios han logrado identificar como el futuro de los sectores rurales a nivel mundial, y en tiempos de contingencia global, el campo y la agricultura ha acaparado la atención por sus grandes aportes al sector urbano.
Por: Erika Carolina Guarnizo Rico – Periodista.
Editor: Lina María Serna- Periodista – Editora.