Basados en esta afirmación El Programa de Investigación sobre el Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) junto con el Centro Internacional de Agricultura Tropical CIAT, desarrollaron directrices para incluir a la mujer en las políticas de cambio climático.
Redacción El Campesino
Por medio de un proceso colaborativo con ministerios de agricultura en países latinoamericanos, El Programa de Investigación sobre el Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS), por sus siglas en inglés, piensa desarrollar directrices que ayuden a los tomadores de decisiones a integrar el tema de género en las políticas relacionadas con el cambio climático. Estas son algunas de ellas:
• Abordar la discriminación en la propiedad de la tierra mediante la adopción de medidas inmediatas para garantizar la igualdad de derechos de hombres y mujeres, independientemente de su estado civil.
• Revisar los servicios de extensión para que sean sensibles al género, por ejemplo, aumentando el número de agentes de extensión femeninos, creando parcelas de demostración accesibles dentro de los pueblos, estableciendo escuelas de campo agrícolas pro-mujer y creando mecanismos de aprendizaje y evaluación sensibles al género para mejorar la entrega del servicio de extensión.
• Involucrar a las mujeres en la formulación de políticas y procesos de planificación a todos los niveles, por ejemplo, mediante el establecimiento de cuotas para las mujeres en puestos de toma de decisiones y la legislación que elimina barreras.
• Aumentar la inversión en las pequeñas productoras y garantizar que el financiamiento sea sensible al género y llegue a las pequeñas agricultoras. Los gobiernos deberían utilizar datos desagregados por sexo para rastrear el financiamiento y mejorar la planificación de la seguridad alimentaria y la formulación de políticas.
• Poner en práctica procesos de planificación que identifiquen las limitaciones específicas que las mujeres agricultoras a pequeña escala enfrentan al acceder a la información, los mercados, las tecnologías y los recursos productivos; al mismo tiempo, promover políticas que reconocen los conocimientos especializados, experiencias prácticas y capacidades innovadoras sobre las cuales las mujeres contribuyen a las estrategias de adaptación y mitigación al cambio climático.