El que fue el campo petrolero más importante del país hoy es el reflejo del fin de la bonanza petrolera. Campo Rubiales- Piriri pasó a manos de la estatal petrolera – ECOPETROL-. Un informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos revela un panorama nada alentador.
Por: ElCampesino.co
Hace unos años Villavicencio, la capital del departamento del Meta, estaba llena de camionetas doble cabina de color blanco y placa pública. El negocio era tan bueno que cientos de personas dejaron sus trabajos en Bogotá para llevar gente hacia el campo petrolero en los confines del municipio de Puerto Gaitán.
La bonanza de aquel entonces era conocida por todos, las camionetas se pagaban solas en muy corto tiempo, miles de personas se fueron de contratistas a trabajar bajo el ardiente sol de los llanos y con la firme ilusión de sacarle platica al petróleo.
Pero un estudio de la Federación Internacional de Derechos Humanos, revela datos interesantes detrás del sueño del oro negro. Según informó el diario EL ESPECTADOR, los obreros que iban a Campo Rubiales eran contratados por cooperativas, es decir se tercerizaba la contratación, en su momento desde el Senado de la República se denunció esta forma de contratación llamada 20 / 5, es decir que en ocasiones se trabajaba 20 días de largo y se descansaban 5, aunque la relación de día trabajados y días de descanso podía ser diferente.
El estudio también encontró que la comunidad indígena Sikuani, denunció los problemas a los que se estaban enfrentando, entre ellos el cambio en la dependencia alimentaria, pues los animales que cazaban para su alimentación redujeron su población desde que se empezaron a sentir temblores en la región.
Desde el año 1999 hasta mediados del 2013, Puerto Gaitán registró 11 temblores, pero desde 2013 hasta 2016 se han registrado 976 sismos, que según el informe son producto de la inyección de químicos en la búsqueda de petróleo.