El hablar de muerte es hablar de la vida; es hablar de una inquietud exclusiva del ser humano ya que todo movimiento, todo pensamiento, toda creencia y toda concepción humana van acompañados de manera evidente o escondida del sentimiento del morir.
El ser humano en la presencia terrenal lleva en su corazón un anhelo de querer encontrar la verdad de su existencia; la muerte es un gran acontecimiento por el cual el hombre pasa contra toda su propia voluntad y en muchos casos sin entender el sentido de su existir, por lo tanto, tampoco comprende el gran misterio de la muerte.
En esta medida el ser humano, siente necesidad de reconfortar su ser y quehacer con la finalidad de encontrar una respuesta con respecto a la propia existencia que en cualquier momento se terminará.
La muerte desde lo teológico, tiene más sentido para dar una respuesta porque conlleva a un encuentro de la persona de sí misma, y de esa forma, comprender el misterio de la vida eterna después de la muerte. Sentimiento que hace al hombre reflexivo frente a la vida, más allá de lo que siente o experimenta en su realidad corporal y espiritual.
La muerte humana tiene aspectos importantes que hace distinto de los otros seres vivos y es una realidad que afecta toda la persona, Karl Rahner concibe dos: Natural y personal: «la muerte, consiguientemente, ha de tener un aspecto natural y otro personal»; de manera que la muerte, en todo ser humano es el gran cuestionamiento de su existencia, así mismo lleva al hombre a moldear su corazón y razón.
Todas las actividades del ser humano van ligadas en torno a ese fenómeno de la muerte que afecta su ser y quehacer, va buscando encontrar una respuesta ante tal fenómeno desconocido, por ello, se aferra a ciertas creencias que le brinden esperanza y que no sea tan absurdo su quehacer dentro de una determinada sociedad.
El hombre de fe es capaz de trascender aunque dentro de su corazón sienta mucha angustia frente a la muerte, pero la fe hace ver que vale la pena dar el paso para no seguir con las limitaciones humanas que no dejan ser pleno. “El futuro de Jesucristo, hecho presente dentro de la historia por la resurrección, es el futuro de la humanidad”.
La esperanza del cristiano está en Jesucristo Resucitado, del mismo modo es ofrecido para toda la humanidad. La muerte confiere plenitud al hombre porque el mismo espíritu que resucitó a Jesús dará la vida a nuestros cuerpos mortales (1Cor 6,14). Resucitar con Cristo es lo que da sentido y forma a la muerte del ser humano.
Autor: Hermana Elita Flores , Facilitadora EDC – Cundinamarca.
Editor: Katherine Vargas Gaitán, Periodista Editora. @KatheVargasg