“Estamos hablando de una transición tecnológica que busca automatizar tareas duras, digitalizar procesos manuales y hacer más atractiva la vida en el campo para las nuevas generaciones”, explica Zambrano. En un contexto donde cada vez hay menos jóvenes interesados en asumir labores agrícolas tradicionales, la tecnología se convierte en una aliada estratégica para garantizar la continuidad de la actividad agropecuaria.
Entre las soluciones más destacadas está el robot de ordeño R9500, un sistema automatizado que no solo extrae la leche de manera rápida y segura, sino que también diagnostica el estado del animal, mejorando el confort y la eficiencia. “Para la vaca, es como una unidad funcional que entiende su cuerpo y la trata con precisión. Toda la sensórica está diseñada para ofrecerle bienestar”, asegura el experto.
Otro ejemplo clave son los sistemas de monitoreo animal, conocidos como el “smartwatch de la vaca”. Estos dispositivos permiten saber si el animal está comiendo, si se siente bien o si presenta cambios que podrían requerir atención. Con esta información, el campesino puede tomar mejores decisiones sobre alimentación, ubicación y adaptación al clima, lo que se traduce en bienestar animal y mayor productividad.
Ahora bien, Zambrano es claro en una cosa: “Estas tecnologías ya no están en fase experimental, funcionan y se están usando en el mundo. Pero el reto en América Latina es adaptarlas a nuestras condiciones culturales, económicas e industriales”.
Por eso, desde GEA y su red de distribuidores, se viene promoviendo una estrategia pedagógica que incluye charlas, webinars y participación en eventos ganaderos. “Antes de vender, hacemos pedagogía. La gente debe entender cómo funciona la tecnología, cómo puede aplicarla y qué beneficios puede obtener”, enfatiza.
La adopción tecnológica en el campo abre oportunidades para enfrentar el desafío de contar con mano de obra dispuesta a trabajar en labores rurales. Automatizar tareas permite asegurar la sostenibilidad de las fincas, mejorar las condiciones de trabajo y preparar el terreno para una nueva generación de agricultores formados en el uso de herramientas digitales.
Todo campesino debe saber hoy que la tecnología es una aliada esencial para el desarrollo del campo. Desde robots de ordeño hasta sensores inteligentes, estas herramientas facilitan el trabajo diario, mejoran la producción y cuidan el bienestar animal. El gran reto está en fortalecer la formación, promover la apropiación y animarse a dar el paso hacia una ruralidad más moderna, eficiente y sostenible.