Por: Laura Rodríguez | 04 de Diciembre de 2014
La iniciativa, Atención de Salud sin Mercurio para 2020 tiene por objeto acabar con la exposición al mercurio de los dispositivos médicos de medición.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la organización Salud sin Daño se han unido para poner en marcha una nueva iniciativa destinada a eliminar el mercurio de todos los dispositivos médicos de medición de aquí a 2020.
En la iniciativa Atención de Salud sin Mercurio para 2020, se insta a eliminar gradualmente los termómetros y los dispositivos de medición de la presión arterial que contienen mercurio. Este objetivo se logrará dejando de fabricar, importar y exportar esos dispositivos, al tiempo que, respaldando el empleo de otros aparatos precisos, asequibles y seguros exentos de mercurio.
El mercurio y sus diversos compuestos constituyen un importante problema de salud pública a nivel mundial y tienen una serie de efectos graves en la salud, como daños cerebrales y neurológicos, con mayor incidencia en los jóvenes. También, pueden provocar daños en los riñones y en el aparato digestivo.
Aunque, el Convenio de Minamata autoriza a los países a seguir empleando mercurio en los dispositivos médicos de medición hasta 2030 en circunstancias especiales, la OMS y la organización no gubernamental Salud sin Daño consideran que los efectos negativos que puede tener el mercurio en la salud son tan graves que todos debemos hacer lo posible por respetar la principal fecha fijada en el Convenio, esto es, 2020.
«Con la firma del Convenio de Minamata sobre el Mercurio daremos un gran paso en lo que se refiere a proteger al mundo de forma definitiva de las devastadoras consecuencias del mercurio en la salud», afirmo, la Directora General de la OMS, Dra. Margaret Chan y agregó «El mercurio es una de las diez sustancias químicas que plantean mayores problemas para la salud pública; se trata de una sustancia que se dispersa en los ecosistemas y permanece en ellos durante generaciones, y que provoca graves problemas de salud y deterioro intelectual a las poblaciones expuestas a él».
El Convenio proporciona orientación a los países para que adopten medidas destinadas a eliminar las formas nocivas de utilización del mercurio, reducir las emisiones de este procedentes de la industria, promover métodos exentos del metal, proteger de la exposición al mercurio a los niños y las mujeres en edad de procrear, y mejorar la salud y el bienestar de los trabajadores.