Con una sonrisa incansable, Francia se levantó todos los días para trabajar por su tierra, para defenderla de la extracción de oro en las minas de la Toma, en Cauca, su lugar de origen.
Gracias al trabajo de Francia, hoy los ríos están menos deteriorados y con ello la vida de los bosques que se alimentan de esos nacimientos de agua. Pero, con esta labor, Francia no solo aportó a la vida del planeta, del Cauca, de Colombia, sino que ha logrado que cientos de mujeres, hombres, niños y niñas sigan mereciendo un entorno limpio de minería.
¿Qué daños hacían las excavaciones?
Cuentan que en las minas de La Toma eran casi 30 toneladas de mercurio anuales las que se generaban por las actividades mineras. Este estaba acabando con la región amazónica, con la vida humana, silvestre y de la vegetación. Le puede interesar: Corte Constitucional realiza audiencia pública por consultas mineras
Además, las intoxicaciones que vivían los más niños y los más adultos eran incalculables, puesto que la contaminación se extendía a más de 230 kilometros.
En una entrevista concedida en 2016 para Pazifico Noticias Francia Márquez aseguraba que “vale la pena luchar por el medio ambiente, vale la pena luchar por los territorios como espacios donde se siembra la comida para la gente, vale la pena luchar por los ríos porque son donde nace el agua para que se surta la gente y la gente viva. Si no fuera por esa gente este país estuviera peor”.
Con las excavaciones, además, no solo se estaba deteriorando el ambiente, sino también la cultura, pues alrededor de las minas estaba lleno de focos de prostitución, además de continuas peleas y aumento en el tráfico de drogas.
“Me imagino un mundo donde uno pudiera estar tranquilo, donde uno no tenga que estar huyendo, donde los niños no se estén muriendo de hambre (…) yo si sueño y me imagino ese mundo” recalcó.
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Por: Ana María Rizo Díaz. Periodista- Editora.