¿Cómo es la planta?
La fresa o frutilla es una fruta pequeña, fragante y de exquisito sabor, que se da bien en nuestros climas fríos y templados y aun en regiones algo calientes. La matica es herbácea y de muy poca altura.
Tiene hojas formadas de tres aprtes (foliolos), cubiertos de una pelucilla suave y con los bordes dentados. Las raíces son fibrosas, poco profundas y extendidas casi horizontalmente hacia todos los lados.
A flor de tierra, a la planta, le nacen tallos rastreros o estolones que producen raíces adventicias y van formando una nueva planta. Las florecillas son de color verde con estambres amarillos en el centro. Los frutos del fresal cuando están maduros, son de color rojo.
Clima
El clima más apropiado para el cultivo de la fresa es el templado, aunque también se cultiva con buenos resultados en regiones frías y aún en las calientes. La temperatura que más le conviene es la que se encuentra entre los 15 y los 20 grados.
Suelos
La fresa requiere buenos suelos de estructura esponjosa y con regular cantidad de humus. Cosa muy importante para el buen éxito de una plantación de fresa es disponer de agua para riego, ya que este cultivo requiere de humedad permanente.
Preparación del suelo
Como el cultivo del fresal es perenne, ya que las matas permaneces inamovibles por lo menos durante tres años, es necesario preparar muy bien el suelo antes de hacer la plantación, y luego practicar periódicamente las labores de desyerba y escarda. La limpieza de hierbas en el cultivo es factor importante.
Multiplicación
El método más indicado para la multiplicación de la fresa es el que se practica utilizando los esquejes o los hijuelos. Los esquejes se obtienen separando de la mata vieja, uno o dos tallos con sus raíces, así como se hace para la multiplicación de la cebolla junca o india. Los hijuelos se obtienen utilizando los que le nacen en las maticas en forma de estolones rastreros.
Cuidados con el cultivo
Como ya se ha idho, el terreno para el cultivo de fresa debe disponer de riego y tener facilidad de desagüe. Se acostumbra trazar eras de un metro con 20 centímetros de ancho por el largo que sea necesario; en esta forma se plantan tres hileras a 40 centímetros entre una hilera y otra, quedando las hileras de las orillas a 20 centímetros del borde.
La distancia entre matas debe ser de 30 centímetros. Antes de la siembra conviene abonar el terreno con abono orgánico bien descompuesto. Al sembrar cada nueva matica conviene apretar la raíz contra la tierra; no el tallo.
Aunque la tierra esté húmeda conviene darle un buen riego inmediatamente después de la siembra. Es conveniente tener una reserva de estolones o esquejes para hacer la resiembra de las matas que no prendan.
Los riegos constantes, lo mismo que las desyerbas, no se deben descuidar porque esto puede hacer fracasar la plantación. El prendimiento de la nueva mata es rápido igual que su desarrollo. Las flores que aparezcan inmediatamente después del prendimiento deben suprimirse porque estas debilitan a la planta.
Además de los estolones que van cubriendo la superficie libre entre las plantas e hileras, la planta va macollando, y al dejar libre ese crecimiento, la plantación cubre toda la superficie y baja la producción por no poder proporcionársele los cuidados que requiere; para evitar esto conviene ir controlando los estolones, que se pueden aprovechar para hacer nuevas plantaciones.
Generalmente a los tres años la plantación empieza a decaer en su producción; conviene por tanto renovar la plantación, sacando de la misma era el mejor material de estolones y cepas para iniciar un nuevo cultivo en otra era.
No conviene repetir la siembra de fresa en un mismo lote, pues la fresa, al dejarla mucho tiempo en una misma parcela, va empobreciendo el suelo y termina por no producir bien, máxime si se descuida la aplicación del abono.
Recolección
La recolección o cosecha de la fresa debe hacerse a medida que los frutos van madurando, para lo cual es necesario hacer dos recolecciones por día: una por la mañana y otra por la tarde.
La práctica de la recolección es delicada por cuanto el fruto es de una consistencia blanda y se puede magullar fácilmente. Al hacer la recolección debe tenerse cuidado de no perjudicar o dañar las flores, y los frutos inmaduros que estén junto. Los frutos dañados y magullados deben separarse, puestos dañan a los frutos sanos.
Empaque
La fresa para el mercado debe empacarse en canastas o cestas pequeñas. Esto facilita su transporte sin que la fresa se dañe. Las canastas deben ser en lo posible anchas y poco profundas, para evitar el magullamiento ocasionado por el mismo peso de la fruta. Tanto el fondo como las paredes de las canastas deben acolchonarse con hojas o con musgo.
En el cultivo de la fresa puede aparecer una enfermedad del follaje, denominada «chamuzquina» o «quemazón» que es producida por un hongo y se manifiesta con manchas de color rojizo en las hojas. Para controlar esta enfermedad deben recogerse las hojas enfermas y quemarlas.
Por: Edición impresa de El Campesino.