Por estos días la capital del departamento de Nariño está de fiesta, risas, vestidos típicos y de época; el imponente volcán Galeras es testigo de la alegría del pueblo nariñese que entre chiste y chanza celebra la mezcla de las culturas indígenas, afro y criollas.
Por: Periódico El Campesino
En la frontera sur del país, Pasto recibe a propios y visitantes en la primera semana del mes de enero, una tradición que ya tiene más de 300 años de antigüedad, se levanta en las montañas andinas gracias al trabajo de artistas, artesanos, bailarines, coreografos y muchas personas más.
El carnaval de negros y blancos ha reunido a los nariñenses desde épocas coloniales en torno a la celebración de sus identidad, de su propio sentir de la vida que se manifiesta en una inmensa fiesta de cinco días en donde las calles son el teatro principal de un montaje artístico que envuelve a las personas en un mar de harina y pintura negra.
La UNESCO declaró el carnaval de negros y blancos como patrimonio cultural de la humanidad y no es para menos, este escenario cultural le abre las puertas a los bailes afro del pacifico nariñense, los tumaqueños llegan a las faldas del galeras con toda su alegría y fuerza cultural, los indígenas dignos representantes de la cultura pre hispánica hacen una poderosa demostración de pertenencia con el territorio y saberes ancestrales.
Durante cinco días las caras estarán llenas de harina y de pintura negra, el carnaval se desarrolla por estos días y mañana se celebra el día de los negros, en memoria de los esclavos africanos que exigieron un día para poder realizar las danzas y los cantos.