Un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet, en la que participaron 37 expertos de 16 países, y varias organizaciones, sostiene que reducir la ingesta de carnes rojas y azúcar, y duplicar el consumo de frutas, verduras, hortalizas y legumbres, es imperativo para conservar una buena salud y evitar enfermedades como la obesidad, la diabetes y algunos tipos de cáncer.
La dieta óptima, según el informe de los expertos, estaría basada en un consumo promedio de 2.500 kilocalorías diarias, de las cuales la mayoría debería provenir de frutas y vegetales (verduras, legumbres y hortalizas), seguido del consumo de productos lácteos y de arroz, trigo, maíz y otros cereales.
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En menor proporción se incluiría la proteína de origen animal, pero sobretodo aquella procedente del pollo y otras aves, y del pescado. Por otro lado, el consumo de carnes rojas, grasas añadidas, azucares, algunos vegetales almidonados –como la papa o la yuca- debería reducirse a la mitad de lo que actualmente se consume; en cuanto a los alimentos procesados y refinados convendría evitarlos, pues acarrean riesgos para la salud.
Esto supone sacrificios bastante drásticos, puesto que seguir la dieta reduciría a consumir únicamente una vez a la semana una pequeña porción de carne roja, o dos porciones de pescado; los huevos, que muchas familias consumen diariamente, también tendrían que regazarse, y ni que decir de la papa y la yuca, que se consumen ampliamente en África y en algunas partes del Caribe y Latinoamérica, según la FAO.
Sin embargo, según los investigadores, es necesario que la población cambie sus hábitos alimentarios, lo cual también podría prevenir cerca de 11 millones de muertes al año en el mundo a causa de enfermedades relacionadas con la alimentación.
La composición de la dieta sugerida:
- 50 gr
- Frijoles, garbanzos, lentejas y otras legumbres. 75 gr
- 28 gr
- Huevos: 13 gr (lo que equivale casi a uno por semana)
- Carne: 14 gr de carne roja (una porción a la semana) y 29 gr de pollo
- Carbohidratos: 232 gr de granos enteros (como pan y arroz) y 50 gr de vegetales ricos en almidón
- Productos lácteos: 250 gr (el equivalente a un vaso de leche)
- Verduras: 300 gr, y frutas: 200 gr
La dieta también habilita el consumo de 31 gramos de azúcar y aproximadamente 50 gramos de aceites como el de oliva.
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Dieta planetaria
Si pensamos más en “grande”, nos damos cuenta de que no solo deben cambiar nuestros hábitos alimenticios individuales, sino que la producción de alimentos a gran escala debe hacerse de manera responsable, pues es esta industria la que mayor presión supone para el medio ambiente. “La producción mundial de alimentos amenaza la estabilidad climática y la resiliencia de los ecosistemas”, alerta la comisión EAT-Lancet.
De eso se trata la “dieta planetaria” o “salud planetaria”, en apuntar los esfuerzos globales a la instauración de un sistema sostenible que no atente ni contra la salud individual ni contra el medio ambiente. Para ello, se requiere limitar el empleo de agua, no sobreexplotar las tierras; reducir a la mitad el desperdicio actual de alimentos que no hace más contribuir a la degradación ambiental; hacer una transición a una ganadería responsable y sostenible.
Johan Rockström, uno de los coordinadores de la comisión y miembro del Instituto Potsdam para la Investigación del Cambio Climático, habla de una “nueva revolución agrícola”. Asimismo, Sonja Vermeulen, también experta de la comisión EAT-Lancet y miembro del Centro Hoffmann y de WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), asegura que “Muchos agricultores están interesados en explorar maneras de optimizar la producción, por ejemplo, utilizando con más precisión los fertilizantes o el riego, porque mejora también sus beneficios”.
Por: Christian Giovanny Barreto. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.