Por: Juan Carlos Pérez Bernal
El derecho a la comunicación en Colombia está hoy más amenazado que nunca. Es una gran paradoja en un país que quiere construir la paz después de la desmovilización de las FARC, la guerrilla más antigua del mundo.
Es, además, un hecho grave porque estamos hablando de un derecho fundamental, lo que, sin embargo, a muy pocos parece interesarles.
Los datos son alarmantes: según la Federación Colombiana de Medios Comunitarios, en los últimos ocho años han sido cerradas 272 emisoras comunitarias en igual número de municipios del país, y otras 300 van por el mismo camino. Según lo expresó a Mundo Rural –El espacio radial de las EDC– Mauricio Beltrán Quintero, presidente del nuevo gremio, el problema se agravó desde que el Min. Comunicaciones se transformó en el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Mintic. Entonces se acabó la Dirección de Radio, que se encargaba de apoyar a las emisoras comunitarias, y el Mintic se convirtió en un mero administrador del espectro radioeléctrico.
Una de sus primeras disposiciones consistió en aumentar en un 800% los costos por usar ese bien público, tarifas que si bien después se moderaron un poco, siguen siendo muy altas, en comparación con el resto de América del Sur, donde no se cobra. Entonces, como muchas emisoras no pueden pagar, son sancionadas y luego “archivadas”; es decir, aquí el gobierno ve el tema con ojos puramente economicistas, y la rentabilidad social pasó a un segundo plano.“ Es como si el Ministerio de Salud sólo se dedicara a administrar las licencias para las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud, IPS, y no a prevenir ni a combatir las enfermedades”, advierte Beltrán.
Así mismo, un estudio hecho por la Corporación Sipaz demuestra que en Colombia hay una distribución inequitativa del espectro que es, por lo demás, un bien público. En cifras redondas, el 72% de ese recurso que nos pertenece a todos está asignado a la Radio Comercial; el 23% a la Radio de Interés Público y ¡sólo el 3% a la Radio Comunitaria! En la práctica, más de 440 municipios no cuentan con emisora abierta. Para Beltrán, “ eso quiere decir que en manos de 45 millones de colombianos está el 3% del espectro, mientras en manos del 1% de la población está el 72%”. Es un problema que se asemeja mucho al de la concentración de la propiedad rural, sin cuya resolución será muy difícil construir la paz, como quedó claro durante los diálogos entre el gobierno y las FARC (Los dos puntos de discusión tuvieron que ver justamente con el conflicto agrario y con el de participación política, incluido el acceso a medios de comunicación) .
Es como vemos, una defensa de un bien esencial, que nos corresponde asumir a todas y a todos los colombianos para que en unos pocos años no tengamos que decir: “Apague y vámonos”.