El 4 de julio de 1991 se promulgó la nueva constitución de Colombia, varios movimientos sociales y políticos y sobre todo una profunda fuerza para el cambio, motivaron la realización de la nueva carta magna del país.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
La década de los años ochenta fue una de las más raras y violentas de la historia colombiana, como muchas otras cosas que le han pasado al país, el rigor de las balas terminó por desencadenar una transformación política.
Vamos despacio, y es que para entender los hechos de la actualidad debemos regresar en el tiempo, revisar el libro de historia para darnos cuenta porque pasa lo que pasa. En los ochenta el bipartidismo tradicional, es decir transiciones de gobierno entre liberales y conservadores se había agotado, pero como resultado de ese pacto político, las instituciones y en general el estado se habían debilitado a límites insospechados.
Los paros campesinos, los paros cívicos, la pobreza, las guerrillas, el apogeo del narcotráfico y hasta los desastres naturales, sumieron a la nación en una profunda tristeza; movimientos sociales y movimientos sindicales eran objeto de la más cruel violencia. Algunos políticos de aquella época empezaron a moverse.
Las bombas del cartel de Medellín, el asesinato de Bernardo Jaramillo y de Jaime Pardo Leal, sumada la muerte de Carlos Pizarro, la persecución de la mafia a los policías en Medellín, el asesinato de Guillermo Cano director de EL ESPECTADOR y un sistema político y social que funcionaba con ideas de la constitución de 1886, habían llegado a un punto sin retorno.
El plebiscito se promovió en 1988, la idea era reformar el artículo 288 que la vieja carta magna que obligaba únicamente al congreso a realizar reformas constitucionales, sin embargo esta iniciativa no tuvo al suficiente apoyo en el congreso. Un año de trabajo más se tomó el gobierno de entonces para tratar de modificar la constitución sin éxito alguno.
En 1990 las cosas llegaron al límite, los estudiantes como caídos del cielo empezaron a marchar, foros, tertulias, entrevistas y asombrosamente el apoyo de amplios sectores de la política colombiana, dieron la fuerza necesaria a la propuesta de ese movimiento juvenil, de la juventud de ese entonces que no se quería dejar sumir en la violencia y que le proponía al país crear de nuevo, iniciar de cero, la séptima papeleta; así pues se introdujo a las elecciones de marzo de 1991, la séptima papeleta, allí se le preguntó a los colombianos si querían realizar una asamblea nacional constituyente.
Con un contundente 80 por ciento en favor del sí, se dio inicio a la creación de la nueva Constitución, 70 constituyentes representarían a los colombianos, el M19 se llevó la mayoría de los escaños, liberales 11, Unión Patriótica 2, movimientos indígenas 2 y conservadores 2.
25 años después el país de nuevo se enfrenta a un escenario de gran importancia para cada uno de los ciudadanos, como pasó en los 90, aun cuando muchos de nosotros apenas estábamos naciendo, hoy nos enfrentamos como juventud, a tomar una decisión, la que tal vez será la más importante de nuestras vidas. ¡25 años de la constitución del 91!