miércoles, diciembre 18, 2024
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La coca, los campesinos y la guerra – Parte 3

Según un estudio de la Universidad de los Andes existe una relación entre los territorios que se encuentran en conflicto y la intensificación del cultivo de coca.

Por: Andrés A. Gómez Martín

Las dimensiones sociales de la coca son profundas. Por un lado está la dimisión ancestral, relacionada con el uso alimenticio y cultural que muchas comunidades indígenas le dan a la hoja de coca, países como Bolivia o Perú han demostrado que es posible legislar en este aspecto con consecuencias positivas, es decir que las comunidades no son perseguidas por usar esta planta como alimento. Por otro lado está la dimensión económica – que tal vez es la más perjudicial -, en donde otros actores hacen parte de toda una estructura  inmensa, casi como una industria alterna. En Colombia, por ejemplo, se conoce al campesino que cultiva la hoja de coca como “raspachin”,  término popular para referirse a los labriegos que durante décadas han ido de finca en finca, de cultivo en cultivo, quitando las hojas y jornaliando por algunos pesos.

KONICA MINOLTA DIGITAL CAMERA
KONICA MINOLTA DIGITAL CAMERA

El estudio de la Universidad de los Andes llamado ‘Geografía de los cultivos ilícitos y Conflicto Armado en Colombia’, asegura que existe una estrecha relación entre los sectores geográficos en donde las condiciones sociales de los pobladores se caracterizan por la pobreza extrema, el abandono estatal y la fuerte presencia de actores armados irregulares que hacen las veces de Estado y son quienes regulan las actividades agrícolas.

Los resguardos indígenas, los parques nacionales y las reservas naturales son los lugares donde actualmente se presenta una creciente tendencia en el número de hectáreas que inician a producir hoja de coca. Las condiciones de los pobladores son un motivo para que se den este tipo de cultivos. Los actores armados regulan los precios y le pagan al campesino por alguna tarea que desempeñen como jornaleros.

El 76 % de la producción se genera en la Orinoquía y la Amazonía, este dato es relevante porque allí están las mayores reservas forestales del país que se ven afectadas por la tala de bosques.

Reserva natural Nukak.
Foto satelital de GOOGLE MAPS  de departamento de Guaviare donde se observan los cultivos de coca en medio de la reserva indigena Nukak. 7/09/2015
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