El sector apicultor se encuentra en aumento en varios países latinoamericanos, en Chile hay alrededor de 5.000 apicultores y Argentina cuenta con 11.500 productores que en conjunto alcanzan a US$180 millones anuales, cifras que evidencian el gran potencial del sector apicultor en el mundo.
En Colombia, la actividad apicultora es menor comparada con estos países, ya que cuenta con 21 veces menos colmenas que Argentina, sin embargo, se espera reactivar este sector ya que la producción de las 140.000 colmenas que hay en el país, las cuales producen menos del 40 % de miel para ser rentable, según la estimación hecha por el director del proyecto Salud Apícola 2020 Latam, Marnx Doorn.
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La investigadora del Instituto Fraunhofer Chile Research, Mayda Verde, explicó que “armonizar el desarrollo agrícola con el apícola implica establecer regulaciones legales y técnicas para ambos sectores productivos, capacitando a los agricultores para el manejo responsable de los agroquímicos. Sin el inventario de todas las colmenas y la ubicación geográfica de los apiarios no es posible hacer la gestión sanitaria y ambiental de la apicultura”.
Según los estudios realizados a este sector, las abejas requieren de especial cuidado, ya que son insectos que tienen un valor importante para los cultivos, con su proceso de polinización las plantas aumentan sus frutos y el proceso de producción es mayor, generando mejores resultados en los diferentes cultivos.
El presidente de Fedeabejas, mencionó al respecto que «es importante que tengamos la posibilidad de ver esta coyuntura como una oportunidad para reinventarnos y explorar alternativas que nos ayuden a encaminar nuestra productividad, entendiendo que el campo y la apicultura deben ser un foco para la recuperación económica. Sobre apicultura sabemos mucho y aunque tenemos miles familias trabajando en esto, la falta de profesionalización genera que más del 78% no lleve un registro de su actividad lo que afecta directamente su productividad».
Por: Erika Carolina Guarnizo Rico – Periodista.
Editor: Lina María Serna- Periodista – Editora
