El acceso a la educación superior en sectores rurales, poblaciones dispersas, grupos étnicos y comunidades afectadas por conflictos históricos o emergentes es un desafío que requiere un trabajo conjunto. En este contexto, el Ministerio de Educación ha instalado Mesas de Educación Superior para impulsar Proyectos Territoriales de Educación Superior (PTES) en el marco de la estrategia «Universidad en tu Territorio».
Estos PTES buscan conectar a actores, instituciones, sectores y recursos económicos para garantizar el derecho a la educación superior con criterios de calidad, pertinencia e inclusión. Las mesas de diálogo social involucran a actores de las economías locales, el sector empresarial, grupos juveniles y de acción comunal, rectores de colegios y universidades, padres y cuidadores, así como representantes del Gobierno Nacional y autoridades locales.
En lo que va del año, el Viceministerio de Educación Superior ha instalado cuatro mesas en diversas regiones:
Pacífico y frontera nariñense: Se acordó la creación de tres sedes de la Universidad de Nariño en Tumaco, Barbacoas y El Charco, y la proyección de la estrategia Colegio-Universidad en los mismos municipios.
San Andrés, Providencia y Santa Catalina: Se está transformando académicamente el Infotep de institución técnica profesional a institución universitaria. Además, se identifican predios con la SAE para fortalecer esta institución y se proyecta la estrategia Colegio-Universidad en el Instituto Técnico Industrial de San Andrés.
Cinco departamentos del Caribe y norte de Antioquia: En concertación con las universidades del Atlántico y Magdalena y el Infotep de Ciénaga, se establecerá un multicampus en Magangué, en el predio del Colegio Manuel Atencia Ordóñez (MAO).
Municipio de Soacha: Se plantea la construcción de una sede universitaria o multicampus. Asimismo, se adquirirá un predio para la Universidad de Cundinamarca y se proyecta la estrategia Colegio-Universidad en el Colegio Paz Esperanza y en la Institución Educativa Luis Henríquez.
El 23 de septiembre se llevó a cabo la quinta mesa en el departamento de Cundinamarca. Allí se reafirmó el compromiso de seguir trabajando en el multicampus de la Provincia de Gualivá, ubicado en Villeta, y en el proyecto de Zipaquirá, que busca fortalecer el Instituto Técnico Central La Salle. Esta iniciativa se desarrolla a través de la estrategia Colegio-Universidad, en alianza con la Escuela Tecnológica Instituto Técnico Central.
Asimismo, se abordó la coordinación del PTES en la provincia de Soacha y se proyectaron acciones alineadas con la inversión del departamento en los municipios de las provincias de Tequendama, Almeidas y Sabana Occidente.
En las próximas semanas, estos encuentros continuarán en los departamentos de Arauca, Amazonas y Cauca, particularmente en el municipio de Guapi; así como en la subregión de La Mojana y en el municipio de Mompox. El objetivo es dialogar, establecer compromisos y llevar a cabo acciones que hagan realidad el sueño de todos los jóvenes del país de acceder a la universidad.
El Gobierno del Cambio continúa apostando por la participación y la concertación entre los distintos actores del sector educativo para asegurar el derecho a la educación superior en Colombia, cerrar brechas de inequidad y consolidar un sistema educativo que responda a las necesidades del país y sus territorios.
En un paso histórico hacia la justicia territorial, el pueblo indígena Kogui ha recuperado el acceso a su territorio ancestral y a las vitales cuencas hídricas del Río Ancho, en la Sierra Nevada de Santa Marta. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en conjunto con la Unidad de Restitución de Tierras, ha restituido 1.636 hectáreas a la comunidad de Tugeka, después de años de despojo y confinamiento. Este acto reafirma el compromiso del Gobierno del Cambio con la protección de los derechos étnicos y territoriales.
La importancia del territorio y el agua para el pueblo Kogui
Durante la ceremonia de entrega, la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, destacó el impacto de esta restitución, señalando que el acceso al agua es fundamental para la supervivencia cultural y física de la comunidad. «El agua es la fuente de vida para el pueblo Kogui y la base de sus tradiciones ancestrales. Hoy, damos un paso importante hacia la paz y la armonización de este territorio, devolviendo a sus legítimos custodios lo que les pertenece», declaró Carvajalino.
La recuperación de estas tierras es parte de un fallo judicial de 2022, que también contempló la compensación a 34 familias campesinas que habían ocupado el territorio. Esta restitución es solo una de las 25 sentencias emitidas a favor de comunidades indígenas, beneficiando a más de 17.000 familias en el país.
La protección del territorio sagrado: una lucha por la armonización
Giovani Yule, director de la Unidad de Restitución de Tierras, resaltó el valor simbólico y jurídico de esta restitución, que cumple con la sentencia de la Sala Especial de Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Cartagena. «Estamos cumpliendo con la misión de devolver el corazón de la tierra a sus guardianes originales», afirmó Yule, refiriéndose a la Sierra Nevada de Santa Marta, territorio considerado sagrado por el pueblo Kogui.
Además de la restitución territorial, la providencia judicial establece medidas para la regeneración ambiental, la regulación de actividades turísticas, y el impulso de proyectos productivos orientados a la soberanía alimentaria. Estas acciones buscan garantizar la sostenibilidad y el respeto por la cultura y el territorio Kogui.
Foto: URT – Ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino, lideró el encuentro, junto al director general de la Unidad de Restitución de Tierras, Giovani Yule.
Arregocés Conchacala, gobernador indígena Kogui, subrayó la importancia de este acto para el futuro de la comunidad y la Sierra Nevada. «Este es un verdadero diálogo con el Gobierno Nacional para cuidar nuestro territorio sagrado», afirmó, refiriéndose al cumplimiento del decreto 1500 de 2018, que protege la Sierra Nevada, conocida por los Kogui como el «corazón del mundo».
Este proceso de restitución no solo tiene un impacto positivo para las 200 familias Kogui desplazadas por la violencia, sino que también sienta un precedente en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y la protección de sus territorios frente a las amenazas de cultivos ilícitos y el tráfico de armas, que en el pasado contaminaron el área.
Foto: MinAgricukltura: Ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino, con comunidad Kogui
Justicia y reconciliación con los pueblos indígenas
La restitución de tierras al pueblo Kogui marca un importante avance en la protección de los derechos territoriales en Colombia. Este acto de justicia simboliza un compromiso renovado del Gobierno con los pueblos indígenas y su invaluable rol como guardianes de la biodiversidad y del patrimonio cultural de la nación. Como señaló la ministra Carvajalino, «este es un paso más en la Revolución por la Vida, donde la tierra y el agua son restituidas a quienes siempre debieron cuidarlas.
En una apuesta firme hacia la sostenibilidad, el Ministerio de Ambiente, liderado por la ministra Susana Muhamad, ha lanzado un portafolio integral de transición socioecológica con una inversión de $4.9 billones. Este esfuerzo, alineado con los compromisos internacionales de Colombia, como la COP16, tiene como objetivo no solo descarbonizar la economía, sino también restaurar ecosistemas estratégicos a lo largo del territorio nacional. Durante la Feria de Economías para la Vida, Muhamad explicó los detalles de esta estrategia que busca transformar la relación del país con su biodiversidad y recursos naturales.
Proyectos clave para la restauración y descarbonización:
El portafolio incluye 153 proyectos estratégicos que se enfocan en la restauración ecológica y la reducción de emisiones. Entre ellos destacan 20 proyectos financiados por el Fondo para la Vida, con una inversión de $2.3 billones, y otros 133 proyectos provenientes de las convocatorias de regalías, que suman $2.6 billones.
En este sentido, la Ministra afirmó que este portafolio es el resultado de 18 meses de trabajo intenso para plantear la nueva senda económica del país: “Esta nueva visión debe ser en clave de la recuperación de la naturaleza y con base en nuestro activo más importante: la biodiversidad. Es el momento de la restauración económica con la naturaleza».
De acuerdo con Muhamad, los recursos aprobados por el Fondo para la Vida y la Biodiversidad se distribuirán en 20 proyectos regionales, así: $34.000 millones para la región Insular, $368.000 millones para el Chocó Biogeográfico, $198.000 millones para La Guajira, $122.000 millones para el Corredor de Vida del Cesar, $512.000 millones para La Mojana, $90.000 millones para la región Andina y $902.000 millones para la Amazonía.
Además, lo correspondiente al Sistema General de Regalías contempla inversiones de $378.000 millones para el Eje Cafetero, $431.000 millones en el Pacífico, $347.000 millones en el Centro Sur de la Amazonía, $140.000 millones en los Llanos, $378.000 millones en Centro Oriente y $919.000 millones en el Caribe.
La iniciativa tiene metas claras y ambiciosas para 2030: restaurar 5 millones de hectáreas, alcanzar la meta de cero deforestación y triplicar el aporte de la bioeconomía al PIB nacional. Uno de los pilares más importantes del portafolio es la restauración de 753.000 hectáreas en el corto plazo, lo que contribuirá significativamente a la meta de restauración a largo plazo. En términos de emisiones, Colombia busca reducirlas en un 51%, un objetivo que, según Muhamad, será posible gracias a la integración de las comunidades, el sector privado y la inversión extranjera.
Instrumentos normativos y financieros innovadores:
Para atraer inversiones y facilitar la implementación de estos proyectos, el Ministerio de Ambiente ha desarrollado un marco normativo y financiero flexible. Entre los principales instrumentos destacan la implementación de obras por impuestos en el sector ambiental y la flexibilización del manual de compensaciones, lo que permitirá una mayor alineación entre las licencias ambientales y los proyectos de restauración propuestos por las comunidades. Asimismo, el modelo de los bancos de hábitat se ha abierto a inversionistas privados, quienes podrán recibir certificados de restauración, generando un fondo de hasta 30 años para garantizar la sostenibilidad de los proyectos.
La bioeconomía como motor de crecimiento
Otro eje fundamental del portafolio es la promoción de la bioeconomía. Durante la feria, se anunció la creación de la primera cámara gremial público-privada enfocada en bioeconomía, que unirá a más de 5.000 grupos de investigación, emprendedores y empresarios que trabajan con productos derivados de la biodiversidad. Este esfuerzo busca que la bioeconomía aporte hasta un 3% al PIB nacional y genere más de medio millón de empleos.
El portafolio presentado por el Ministerio de Ambiente es más que un plan de inversión; es un nuevo enfoque hacia un desarrollo sostenible que coloca la biodiversidad como el principal activo del país. Con metas claras y un marco normativo innovador, Colombia avanza hacia un futuro más verde y resiliente. Como señaló la ministra Muhamad, “esta nueva visión económica es una oportunidad para que el país lidere la restauración ecológica y la transición energética en la región.
Más de 200 líderes de la Iglesia Católica, junto con representantes de América Latina y el Caribe, se reunieron en la Conferencia Episcopal de Colombia los días 23 y 24 de septiembre para abordar la biodiversidad y el cuidado de la «Casa Común». Este evento, enmarcado en la preparación para la COP16, se centró en identificar y promover prácticas de ecología integral impulsadas tanto por la Iglesia como por la sociedad civil, con el propósito de fomentar una paz duradera con la naturaleza.
Reflexión sobre el papel de la Iglesia Católica en la ecología integral
Los representantes de la Iglesia Católica, iluminaron este espacio de reflexión sobre los desafíos ambientales y el papel de las comunidades eclesiásticas. Monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico, monseñor Juan Carlos Barreto, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la CEC, Monseñor Germán Medina, representante de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Gustavo Rodríguez, presidente Cáritas LAC, el Padre Pedro Brassesco, Secretario Adjunto del CELAM, y Mauricio Cabrera Leal, Viceministro de Políticas de Normalización Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se refirieron a la importancia de ver el Cuidado de la Casa Común de una manera Integral: “Es momento de escuchar profundamente el llamado de la tierra y de los pobres” y reconocer necesidad urgente de un cambio integral que ponga en el centro a la persona humana y su relación con la creación.
En el marco del encuentro eclesial previo a la COP16, la Iglesia Católica, reafirmó su compromiso con el cuidado de la casa común, el respeto por la biodiversidad y el desarrollo de iniciativas sostenibles en colaboración con comunidades indígenas, campesinas y diversas organizaciones territoriales. Este evento, liderado por la Conferencia Episcopal de Colombia, el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana, CELAM, Cáritas Latinoamérica y el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, celebrado en preparación para la COP16 en Cali, reunió a obispos, líderes comunitarios y expertos en medio ambiente para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta Colombia y el mundo en materia de biodiversidad y ecología integral.
La Pastoral Social Cáritas Colombiana, junto con Cáritas América Latina y el CELAM, subrayaron la importancia de construir “Comunidades de Ecología Integral”, integrando a universidades católicas y expertos en un diálogo basado en evidencia científica y espiritual. Este diálogo busca respuestas concretas al cambio climático y la destrucción de la Amazonía, considerada uno de los ecosistemas más vulnerables y esenciales para la vida en el planeta.
La crisis ecológica y social: una interconexión ineludible
Expertos como el Pbro. Pedro Hughes y Víctor Genina (PhD) estuvieron támbien en este importante conversatorio, donde abordaron la necesidad de una «conversión ecológica», instando a un cambio de estilo de vida que responda a la crisis ambiental, alineado con las enseñanzas del Papa Francisco. El concepto de «fraternidad universal» destacó como pilar fundamental, reconociendo la interdependencia entre la humanidad y la naturaleza. En este sentido, el teólogo Fray Alfonso Murad resaltó que la biodiversidad incluye no solo la vida animal y vegetal, sino también la diversidad cultural y étnica, fundamentales para el equilibrio del ecosistema.
Iniciativas para la sostenibilidad y la justicia social
El evento también abordó proyectos prácticos, como la restauración de manglares en la Sierra Grande de Santa Marta y la formación de jóvenes y madres en prácticas sostenibles. Estos proyectos reflejan el compromiso de la iglesia en la promoción de un modelo de desarrollo que equilibre el bienestar comunitario y la protección ambiental.
Durante las mesas de trabajo, se discutieron temas clave como la protección de la biodiversidad, la seguridad alimentaria y las economías solidarias, destacando la importancia de prácticas agrícolas responsables que promuevan tanto la seguridad alimentaria como la lucha contra el cambio climático.
Uno de los paneles más destacados fue el que trató sobre el rol de las mujeres en la gestión de los recursos naturales. En regiones como el Bajo Chaco, la pastoral social ha promovido programas de seguridad alimentaria y gestión comunitaria del agua, en los que las mujeres juegan un papel central en la preservación del medio ambiente.
Además, se subrayó la importancia de las comunidades locales en la gestión solidaria del agua, como el proyecto «Guardianes del Agua», que fomenta la educación ambiental en las nuevas generaciones.
Conclusiones y hoja de ruta hacia la COP16
El evento concluyó con una serie de estrategias clave para enfrentar los desafíos ecológicos actuales. La primera de ellas es la formación, dirigida a crear conciencia sobre la ecología integral entre los fieles, especialmente los jóvenes. La segunda estrategia es la incidencia, promoviendo la colaboración entre la Iglesia, el gobierno y las organizaciones territoriales para la protección del medio ambiente. También se destacó la necesidad de recuperar los saberes ancestrales y fomentar el intercambio de experiencias exitosas, como las «parroquias verdes».
Finalmente, se hizo un llamado a que la Iglesia asuma una voz más fuerte en la denuncia de crímenes ambientales y en la creación de redes de apoyo a las comunidades afectadas. La colaboración entre la sociedad civil, el gobierno y las comunidades será esencial para llevar adelante las acciones concretas necesarias para proteger la biodiversidad y fomentar un desarrollo equitativo y sostenible.
Este encuentro no solo fue un espacio de reflexión, sino también un avance hacia la construcción de una hoja de ruta para la COP16, con un enfoque en la paz y la justicia para la naturaleza y la humanidad.
En un esfuerzo por mitigar los impactos del cambio climático y otros riesgos en la agricultura, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural ha lanzado un ambicioso plan de subsidios. A través del Fondo de Financiamiento para el Sector Agropecuario (Finagro), se han destinado más de $54.130 millones para apoyar a los productores rurales en la adquisición de seguros agrícolas. Esta medida busca proporcionar una red de seguridad para aquellos que dependen de la agricultura como fuente principal de ingresos, especialmente ante la inminente llegada del fenómeno de La Niña.
El Incentivo al Seguro Agropecuario (ISA) es el eje central de esta iniciativa. Con un presupuesto de $24.530 millones, se pretende subsidiar las primas de los seguros hasta en un 95% para los pequeños productores de bajos ingresos, un 90% para otros pequeños productores y un 40% para los medianos productores. Esta distribución busca garantizar que los más vulnerables tengan acceso a una protección efectiva contra diversas amenazas.
Qué dijo la Ministra de Agricultura sobre el Seguro Agropecuario?
La Ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, enfatizó la importancia de esta medida: “La inclusión de esta nueva bolsa de alivios apunta a corregir algunas de las barreras de los pequeños y medianos productores para acceder a incentivos enfocados en las necesidades reales de nuestros campesinos y campesinas, que le apuestan a procesos de economía a partir de la agricultura campesina”.
Los fondos estarán disponibles para asegurar una amplia variedad de cultivos, incluyendo café, cacao, papa, maíz, plátano, arroz, aguacate y caña de azúcar. Además, se contemplan otras prácticas agrícolas como la porcícola, avicultura, apicultura y ganadería. Este apoyo integral busca fortalecer la resiliencia del sector agropecuario frente a los desafíos actuales y futuros.
Un apoyo a los pequeños, medianos y grandes productores.
Con esta significativa inversión, se busca generar un desarrollo rural y la protección de los productores agrícolas. La implementación de estos subsidios no solo ofrece una solución inmediata ante los riesgos climáticos y de mercado, sino que también promueve una agricultura más sostenible y segura. Los pequeños y medianos productores ahora cuentan con una herramienta crucial para enfrentar los desafíos y garantizar la continuidad de sus actividades económicas. Esta medida representa un paso firme hacia un sector agrícola más robusto y resiliente.
El pasado 25 de septiembre de 2024, el Senado de la República de Colombia aprobó, en un debate decisivo, un proyecto de ley que exime del IVA a las actividades preparatorias de la Conferencia de las Partes (COP16) sobre biodiversidad, que se llevará a cabo, en Cali, del 21 de octubre al 1 de noviembre. La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Ambiente, representa un paso crucial para la financiación eficiente de este evento internacional.
Impacto Económico y Beneficios Locales
La ministra de Ambiente y Desarrollo, Susana Muhamad, expresó su agradecimiento al Congreso por su compromiso con la COP16, destacando que la exención del IVA permitirá que cerca del 85% del presupuesto del evento no esté gravado por este impuesto, generando un ahorro estimado de 20.000 millones de pesos. Este ahorro no solo optimiza el uso de recursos públicos, sino que también crea un entorno más favorable para la organización de la cumbre.
La COP16 se prevé que atraiga a cerca de 15.000 delegados en la Zona Azul de negociaciones y más de 150.000 visitantes en la Zona Verde. Esta masiva afluencia se traducirá en un impacto económico directo, estimándose que generará ingresos adicionales al comercio y al Producto Interno Bruto (PIB) nacional por un total de 122.400 millones de pesos. Además, se proyecta la creación de más de 5.200 empleos en sectores como la hotelería, el transporte y la gastronomía, lo que representa un aumento significativo en la ocupación hotelera en Cali durante el evento.
La ley especifica que la exención del IVA se aplicará a la venta e importación de bienes y servicios adquiridos con recursos provenientes del presupuesto nacional, así como del gobierno local. Para facilitar este proceso, se emitirá un certificado por las entidades correspondientes, garantizando que las transacciones están dirigidas a cumplir con las obligaciones de Colombia como país sede.
Con la aprobación de esta ley, Colombia se posiciona como un líder en la discusión sobre biodiversidad en el ámbito internacional. La COP16 no solo es una oportunidad para abordar desafíos ambientales globales, sino que también representa un hito en la promoción de la economía local y la valorización de la biodiversidad. A falta de la sanción presidencial, la exención del IVA se encuentra a un paso de convertirse en ley, marcando un avance significativo hacia un evento que promete ser histórico para el país y sus comunidades.
La producción de alimentos, necesaria para el bienestar de las personas, ha causado el 70% de la pérdida de biodiversidad en tierra firme y el 50% en agua dulce en los últimos 50 años. Informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que, en las pasadas dos décadas, la expansión agrícola provocó cerca del 90% de la deforestación mundial. Esto evidencia la crítica afectación para la naturaleza que ocasiona la paradoja de una producción alimentaria hoy suficiente para dar de comer a toda la población mundial, frente a la realidad de millones de personas que aún padecen hambre y malnutrición.
El desperdicio de alimentos es otro de los factores que agudiza esta crisis. Un asunto que exige una intervención prioritaria, como lo establece el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, adoptado por más de 190 países en 2022 y cuyos avances se revisarán en la COP16, que se realizará en Cali desde el próximo 21 de octubre. Entre las 23 metas del Marco, la 16 apunta a promover opciones de consumo sostenibles para reducir el desperdicio y el consumo excesivo. Esto implica reducir la huella del consumo de manera equitativa, entre otras cosas, reduciendo a la mitad el desperdicio mundial de alimentos. En su actualización del Plan de Acción de Biodiversidad 2030, Colombia deberá establecer medidas para lograr esta meta, que también está consignada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Y es que solo en nuestro país, por cada tres toneladas de producción de alimentos se pierde o se desperdicia una, según estimaciones del Departamento Nacional de Planeación de 2016. El 62% de estos alimentos son frutas y hortalizas, y el 25% raíces, tubérculos y plátanos, señala FAO. Aun así, el 87% de los colombianos encuestados por WWF Colombia en 2024 afirmaron que toman las medidas necesarias en su hogar para evitar el desperdicio de alimentos. Entonces, ¿qué sucede?
Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos
En el marco del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que se conmemora este 29 de septiembre, Camila Cammaert, coordinadora de Alimentos y Agricultura de WWF Colombia, señala que existe una brecha importante entre conocimiento, actitudes y acciones en el día a día. “Según los estudios que hemos realizado, los colombianos en general creemos que el desperdicio es negativo, pero a la vez tenemos actitudes que nos llevan a favorecerlo, como cocinar cantidades abundantes o elegir frutas o verduras con excesiva atención a la apariencia y no a su valor nutricional. Por ejemplo, buscamos siempre la mejor papaya y no llevamos aquella que tiene una pequeña magulladura; esta, posiblemente, termina desperdiciada”, añade.
En el mundo, la mayor parte del desperdicio procede de los hogares, según el más reciente informe de UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), publicado este año. El reporte demuestra que, a nivel global, los hogares fueron responsables de 631 millones de toneladas, equivalentes al 60%; el sector de proveedores de servicios alimentarios, de 290 millones; y el sector de minoristas, de 131 millones, tomando como referencia el año 2022.
Sin embargo, la comida también se pierde en otros momentos de la cadena. Michela Espinosa, especialista Senior de Alimentación y Lucha contra la Malnutrición de la FAO, dice que enfrentar la pérdida y el desperdicio requiere medidas que van más allá de los hogares y los comercios. “Se necesitan ajustes estructurales en los sistemas agroalimentarios en la producción, mejoras tecnológicas en la postcosecha, el tratamiento, el almacenamiento y la distribución y fomentar la transición hacia la economía circular; pero para lograrlo se necesita la implementación de la Política Nacional para la prevención de la pérdida y el desperdicio de alimentos y de aumentar significativamente la calidad y cantidad de la financiación climática que está disponible”, destaca.
Big crates with tomatoes. Farm for growing tomatoes for canning industry. Foto: FAO
Los efectos del desperdicio de alimentos
Aunque el mundo produce suficientes alimentos para toda la población, el hambre y malnutrición están lejos de erradicarse. La pérdida y el desperdicio de alimentos agravan este problema al reducir la cantidad de alimentos disponibles para el consumo, pero además se ocasionan pérdidas económicas sustanciales que afectan tanto a productores como a consumidores. Y, a la vez, tiene repercusiones frente a las crisis ambientales.
Se estima que los desechos de alimentos en los vertederos representan entre un 8% y un 10% del total de emisiones de gases efecto invernadero, contribuyendo a la inestabilidad climática y a los eventos extremos como sequías e inundaciones que afectan los cultivos y conducen a la pérdida de biodiversidad. Los alimentos provenientes de ecosistemas acuáticos también se ven afectados por esta problemática.
¿Qué pueden hacer las personas?
La Encuesta Nacional de Biodiversidad y Cambio Climático de WWF muestra que los colombianos ya realizan parte de las acciones necesarias para reducir el desperdicio. Por ejemplo, el 61% afirma cocinar solo lo que va a consumir y el 51% dice comprar solo lo que necesita y en cantidades adecuadas. Sin embargo, guardar lo que sobra o almacenar los alimentos de la forma adecuada para prolongar su vida útil son medidas que solo realiza el 30% de los colombianos.
“Es importante profundizar en lo que podemos hacer en diferentes momentos. Si estoy en un restaurante, la clave es preguntar muy bien qué ingredientes tiene el plato y pedir siempre lo que sobra para consumir en casa o para compartirlo con alguien. En cambio, si estoy en casa, es importante organizar las compras dejando lo más reciente atrás y lo que lleva más tiempo almacenado adelante”, explica Cammaert.
Iniciativas claves para mitigar el desperdicio
Impulsar iniciativas dirigidas a todos los actores del sector gastronómico es otra de las estrategias. El Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente de Cali (DAGMA) y WWF Colombia realizarán dos talleres, el 9 y 10 de octubre, enfocados en restaurantes, hoteles y servicios de alimentación para compartir experiencias y herramientas sobre cómo reducir el desperdicio durante la COP 16 y convertirlo en una práctica permanente del sector gastronómico.
Adicionalmente, las entidades nacionales y subnacionales que demandan alimentos a través de sus programas también pueden diseñar acciones innovadoras que prevengan y monitoreen la pérdida y el desperdicio de alimentos, tal es el caso del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) que junto con la FAO desde el año 2020 ha diseñado e implementado el Modelo de medición y prevención del desperdicio de alimentos en más de 10 departamentos del país; de la UAPA (Unidad Administrativa Especial de Alimentación Escolar – Alimentos para Aprender) que también, con la FAO, diseña la Estrategia de Economía Circular aplicable al PAE (Programa de Alimentación Escolar) que entre otros, incluye el componente de prevención de la pérdida y el desperdicio de alimentos; y, el DANE que avanza con la medición de las pérdida de alimentos del país mediante la orientación técnica de la FAO incorporando módulos específicos en encuestas como la Encuesta Nacional Agropecuaria y la Encuesta Anual de Comercio.
Abstract Background Food Waste Texture Of Rotting Oranges
Datos clave
La prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave para 2023 en los hogares fue de 26,1 % (14 millones 605 mil personas) y el 4,8 % de los hogares se encuentra en inseguridad alimentaria grave (2,6 millones de personas) según información de la Encuesta de Calidad de Vida (DANE, 2024).
Las principales acciones que realizan los colombianos para proteger la biodiversidad, desde la alimentación son: no desperdiciar (55%), comprar productos en cosecha (45%), comer variado (34%).
En promedio, a nivel global, cada persona desperdicia 79 kg de comida al año. (UNEP, 2024).
Se estima que un 13 % de los alimentos —el equivalente a 931 millones de toneladas o 120 kilogramos (kg) per cápita— se perdieron en 2021 en la cadena de suministro entre el momento posterior a su recolección y el de su llegada a las estanterías (FAO, 2023).
La pérdida y el desperdicio de alimentos generan entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), lo que representa casi cinco veces las emisiones totales del sector de la aviación. (UNEP, 2024).
La superficie total de tierra utilizada para producir alimentos que se perdió o desperdició en granjas a nivel global equivale a aproximadamente 4.4 millones de km², un área más grande que el subcontinente indio. (WWF – TESCO, 2021)
Cartagena, con su vibrante y festiva ciudad amurallada, sus atardeceres de ensueño y sus icónicas Palenqueras, mujeres vestidas de colores con una palangana de frutas en la cabeza, es la joya que muchos conocen de Colombia. Pero esta ciudad histórica es sólo el preludio del extenso y variado territorio que es el Departamento de Bolívar.
Bolívar se despliega como un manto de contrastes, sumergiendo su extremo norte en las aguas turquesa del Caribe y extendiéndose al sur hacia las majestuosas faldas de los Andes. Se trata de un tapiz de vida donde los campos verdes, rebosantes de yuca, ñame y maíz, se entrelazan con la sombra de imponentes palmeras y los pastos donde el ganado pasta plácidamente.
Pero este hermoso paisaje esconde un pasado complejo.
A unas dos horas al sur de Cartagena, se despliega un mosaico diverso de poblaciones dentro de pequeños asentamientos conocidos localmente como veredas que abrazan un laberinto de ciénagas. Este intrincado ecosistema de canales y pantanos, vital para el equilibrio ambiental, ha sido también escenario de lucha durante el prolongado conflicto armado que ha marcado la historia de Colombia.
«Uno sabe que en muchos países se vive la guerra, pero nosotros en Colombia no estábamos preparados para nada de lo que sucedió», relata Saray Zúñiga, quien no duda en reconocerse como víctima del conflicto armado que azotó a la nación sudamericana por más de medio siglo.
En 2016, Colombia dio un paso histórico hacia la paz al firmar un acuerdo con el grupo armado las FARC. Como parte de este compromiso, el Gobierno se propuso impulsar el desarrollo rural del país, con el acompañamiento de varias organizaciones, entre las cuales, la Organización de las Naciones Unidas para y la Alimentación y la Agricultura (FAO) tiene un rol estratégico en la implementación de esta crucial tarea.
Gracias a ello Saray y su comunidad han encontrado ahora un espacio para narrar sus historias de dolor y resiliencia, un paso crucial en su proceso de sanación y en la construcción de un mejor futuro y memoria histórica.
Sin embargo, las cicatrices de la guerra siguen siendo profundas en esta región, testigo de algunos de los episodios más oscuros de la violencia paramilitar en Colombia. Las cifras oficiales son contundentes: más de 600.000 personas en Bolívar fueron desplazadas forzosamente entre 1985 y 2019. Los exuberantes valles, otrora llenos de promesas, aún resuenan con los ecos de la violencia que obligó a tantos a abandonar sus hogares y comunidades, buscando refugio en ciudades sobrepobladas o pueblos distantes.
“Fui desplazada cinco veces. Mis hijos crecieron a través del desplazamiento’’, recuerda Saray, resaltando aún así el orgullo que siente por ser Palenquera.
Las Palenqueras, descendientes de esclavos africanos que en el siglo XVI lograron su libertad y fundaron un refugio en el norte del actual municipio de Mahates, provienen de las comunidades de San Basilio de Palenque, reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Su legado agrícola y artesanal, forjado a lo largo de generaciones, ha sido fuente de sustento y profunda conexión con la tierra. Hoy, muchas Palenqueras continúan cultivando la tierra, honrando su herencia y enriqueciendo el panorama agrícola colombiano.
Saray y su familia fueron arrancados de la tierra que sus antepasados, quienes lucharon valientemente contra el yugo colonial español, consideraban un santuario de paz eterno. Dos décadas pasaron antes de que pudieran regresar a su hogar.
Pero a pesar del tiempo transcurrido, las razones de su exilio permanecen vívidas en su memoria, como si hubieran ocurrido ayer.
“Esos hombres vinieron a mi casa, sacaron a mis hijos, los pusieron en fila y los tiraron al piso amenazándolos y gritaban ¡Apunten, disparen! ¡Apunten, disparen!”, describe Saray. “Me acusaban de esconder armas y yo les decía: las únicas armas que tengo son mis seis hijos, yo soy campesina. Mi niña tenía tres años solamente”. Las lágrimas brotan de los ojos de la madre de 55 años mientras el recuerdo la invade, aún vívido y doloroso.
Saray fue una de las tantas mujeres agricultoras que, mientras cultivaban la tierra en Mahates, vieron cómo el conflicto armado arrebataba a sus seres queridos, amenazaba sus vidas, arrasaba sus campos y robaba sus cosechas.
«En Palenque nunca imaginamos que viviríamos semejante horror, que seríamos testigos de masacres y violaciones. Fuimos perseguidos y muchos de mis amigos de ese entonces ya no están», recuerda con tristeza.
Cuando finalmente pudo regresar a su finca en la vereda de Toro Sonrisa en 2011, encontró un panorama desolador: el suelo y los árboles devastados, muchos animales desaparecidos y, lo más doloroso, el tejido social roto.
En la edición 2024, Xposible Colsubsidio recibió postulaciones de 394 organizaciones provenientes de 277 municipios de todo el país, de distintos tamaños siendo las micro (186) y grandes (126) las que más se presentaron. Luego de una detallada evaluación de los proyectos en alianza con CECODES, fueron seleccionadas las iniciativas empresariales que responden a tres desafíos globales: emergencia climática, pérdida de la naturaleza y desigualdad.
“El mensaje que las empresas están enviando a Colombia con todas estas iniciativas es de esperanza y optimismo. Xposible Colsubsidio se ha propuesto visibilizar los proyectos más impactantes que están generando un cambio contundente en los ámbitos social, económico y ambiental. Desde 2019, hemos tenido el honor de conocer iniciativas de 1.139 organizaciones de todo el país, lo que inspira a otros empresarios y demuestra el compromiso del tejido empresarial con el desarrollo sostenible de Colombia”, afirmó Luis Carlos Arango Vélez, director general de Colsubsidio.
A lo largo de sus seis años de trayectoria, Xposible Colsubsidio ha evaluado proyectos según seis dimensiones clave: estrategia, gobernanza, gestión, generación de oportunidades, co-creación de capacidades y adaptabilidad. Este año se presentaron 457 proyectos, un 77% más que el año anterior. De ellos, el 49,67% aborda la creciente desigualdad, el 17,52% la pérdida de la naturaleza y el 11,97% la emergencia climática. Los proyectos pertenecen a sectores como servicios sociales, industria manufacturera, agricultura, ganadería, entre otros.
Beneficios para las empresas
Las empresas reconocidas en Xposible 2024 recibirán beneficios enfocados en la visibilización de sus proyectos. Para ello, se creó Visión Sostenible, un formato de video podcast donde los líderes empresariales que están cambiando el país y ayudando a la transformación sostenible compartirán su experiencia y el impacto que han logrado. Además, recibirán apoyo para fortalecer el conocimiento de sus equipos de trabajo, en colaboración con grandes aliados como CECODES, y tendrán la oportunidad de establecer conexiones estratégicas con otras empresas de la comunidad Xposible.
Durante el evento, el director técnico de la Selección Colombia de fútbol, Néstor Lorenzo, destacó la importancia del trabajo en equipo como un factor clave para alcanzar los objetivos. También estuvo presente Brigitte Baptiste, rectora de la EAN, ecologista y líder en el cuidado del ambiente, quien subrayó la relevancia de visibilizar este tipo de iniciativas. Además, el cantante y embajador de Xposible Colsubsidio, Fonseca, invitó a todos a unirse a esta comunidad, resaltando la importancia de mostrar el impacto positivo de las empresas para inspirar a otros y contribuir a la construcción de un mejor país.
Las empresas Xposible Colsubsidio reconocidas en el 2024
Agua para la educación, educación para el agua (Fundación Empresas Públicas de Medellín): Proporciona acceso a agua potable a instituciones educativas rurales de Colombia, promueve la educación ambiental para fomentar el uso responsable del recurso hídrico y la conservación del medio ambiente, buscando reducir la deserción escolar, mejorar la salud de los niños y adolescentes.
Alta Guajira indígena productiva y sostenible (Fundación Alpina): Desarrolla un sistema agroalimentario basado en la restauración de recursos naturales y prácticas agroecológicas, fortaleciendo las capacidades de familias Wayúu para el funcionamiento de un sistema agroalimentario, que permiten mejorar sus ingresos, aumentar el consumo de alimentos con alto valor nutricional, fortalecer esquemas asociativos, grupos autogestionados de ahorro y crédito y promover el liderazgo de mujeres y jóvenes.
Buena onda, negocios que transforman (Fundación Nutresa): Fortalece las capacidades en organizaciones de base comunitaria con alto potencial para liderar procesos de desarrollo en sus territorios, para mejorar su productividad y competitividad de forma sostenible, contribuyendo a su resiliencia al cambio climático y a la conservación de la biodiversidad.
CampeSena (SENA): Promueve el reconocimiento del campesinado colombiano, fortaleciendo su economía y facilitando el acceso a los programas con líneas de acción transversales que generan capacidades para la articulación y consolidación de modelos asociativos campesinos.
Centro de Orientación y Prevención de la Diabetes – COPD (Novo Nordisk): Esta iniciativa nace a partir de abordar la desigualdad en el acceso a la salud y de la necesidad de implementar programas enfocados en la prevención de enfermedades no transmisibles – ENT, como la diabetes tipo II, para la población migrante venezolana y colombianos en condición de vulnerabilidad.
CO2Bio (LATAM Airlines Colombia): Este proyecto de mitigación de cambio climático disminuye emisiones de CO2e al implementar actividades que reducen la deforestación y degradación en bosques de galería, así como evita la transformación de humedales continentales naturales en los llanos de la macro cuenca del Orinoco en Colombia.
Clínicas móviles (Corporación Humanos 3D): Con este proyecto se da asistencia a las personas con discapacidad de miembro superior, con dispositivos livianos, funcionales, personalizados y de bajo costo, usando la tecnología de impresión 3D, que permite reducir el desperdicio de materiales, usar insumos reciclados y plásticos biodegradables.
DISAN Siembra (DISAN AGRO SAS): Contribuye a la conservación y restauración de la Amazonia, en alianza con corporaciones y aliados estratégicos del sector público y privado. En la actualidad han sembrado más de 10 mil árboles nativos en la zona de frontera de Corpoamazonia, con la participación de una cooperativa conformada por firmantes del acuerdo de paz.
Ecoaguas (Syngenta): Busca preservar los bosques nativos tropicales y establecer procesos de educación para fomentar una cultura ambiental en las comunidades. Promueve prácticas sostenibles que contribuyen al uso eficiente del agua como recurso primario para la siembra y el crecimiento de cultivos de azúcar, papa, café, banano, maíz, arroz y frutas.
El sueño de chocolate (Chocolate Luker): Genera bienestar sostenible en las comunidades en donde se compra el cacao, transformando los territorios cacaoteros mientras que se fortalece el modelo de negocio de la empresa. Se busca el crecimiento económico de las familias, con proyectos dirigidos a mujeres y jóvenes, con prácticas ambientales sostenibles.
Empleo inclusivo (Mexichem Colombia SAS – Pavco Wavin): Contribuye a mitigar la desigualdad con empleo digno y auxilios educativos para los trabajadores y sus hijos. Además, portan con la construcción del alcantarillado, el mejoramiento de instituciones educativas, generando acceso a agua y saneamiento básico en las comunidades y proveeduría local.
Fundación PANACA: Impulsa la transformación sostenible del campo, mediante la resignificación de la labor del campesino, afianzando en ellos una cultura agropecuaria con educación pertinente y habilitante, que les permite tener formación para el emprendimiento, desarrollo del liderazgo e incrementar sus ingresos.
Guardianes de Sevicol (Sevicol Limitada): Este proyecto busca contribuir al acceso al mercado laboral de jóvenes y adultos pertenecientes a grupos de difícil vinculación, madres cabezas de familia, indígenas, migrantes, mayores de 46 años y personas con discapacidad, ofreciendo oportunidades de formación en competencias técnicas laborales, básicas y específicas.
Hospital padrino (Fundación Valle del Lili): Este modelo de innovación social, reduce disparidades en la atención médica oportuna para poblaciones obstétricas vulnerables, mejora la calidad y la accesibilidad con talleres educativos y telesalud.
Hands On: Ser único es ser increíble (Teleperformance): Promueve la inclusión y la diversidad gracias a la representación de las comunidades priorizadas en la organización mediante programas de atención social, la eficacia de mecanismos de protección, participación y comunicación.
Hit Social Postobón (Fundación Postobón): Apoya a los agricultores colombianos para asegurar un abastecimiento sostenible de fruta, con acceso a capital, insumos, herramientas y el desarrollo de capacidades. Su objetivo es mejorar la calidad de vida y los ingresos de los agricultores, superando brechas productivas y comercialización asegurada.
Kwe´xs Kiwe Ewa – Lo mejor de nuestra tierra (INCAUCA S.A.S): El objetivo de esta iniciativa, dirigida a familias indígenas en condición de pobreza multidimensional, es apoyar el desarrollo de alternativas productivas legales y sostenibles, mediante el establecimiento del cultivo de mora, el apoyo para acceder a mercados de alto valor y la generación de capacidades en el territorio.
La Rolita (Operadora Distrital de Transporte S.A.S): Cuenta con 195 vehículos de transporte público de pasajeros 100% eléctricos, promueve la equidad de género, la inclusión social y la diversidad en todos los niveles de su organización. Asimismo, contribuye al cuidado del medio ambiente con procesos de sostenibilidad y la utilización de energías limpias.
Las manos detrás de Natuchips (Pepsico Alimentos Colombia): Aporta a la consolidación de un modelo agroempresarial sostenible en organizaciones locales asociadas a la cadena productiva del plátano, a través de estrategias y prácticas organizacionales, empresariales y de producción innovadoras basadas en la economía circular.
Mujeres cafeteras (Procafecol S.A.): Visibiliza la labor de las mujeres en el campo, promueve el empoderamiento social y económico de las mujeres cafeteras, a través de la comercialización de su café, incentivando las buenas prácticas, la asociatividad y el cuidado del ambiente con enfoque de equidad de género.
Monet – Crédito para todos (Monet Colombia SAS): Este programa contribuye a la inclusión financiera del país con créditos de bajo monto, incluso a personas reportadas, con alternativas de pago flexibles. Es pionero en el uso de open banking, tiene como propuestas de valor la inmediatez de la dispersión del dinero y rapidez al solicitar el crédito.
Nauti GLP (Colgas): La transformación de motores de gasolina a gas licuado de petróleo – GLP en el mar se alinea estrechamente con el ODS14. Aspectos como, la reducción de la contaminación marina, la mitigación del cambio climático y la promoción de una forma de energía más limpia y sostenible, abordando diversas problemáticas relacionadas con la conservación y el uso sostenible de los océanos.
Observatorio para el emprendimiento y empleabilidad y del adulto mayor – OEEA (Porvenir S. A): Este centro de conocimiento, análisis y desarrollo de acciones productivas alrededor de las personas mayores en América Latina, se realiza en alianza con la Universidad de Rosario y tiene cuatro líneas de acción: investigación, empoderamiento, emprendimiento y apoyo a la empleabilidad.
Pabellón climático Nebulon Caraquitas (NEBULON SAS): Proporciona acceso a agua potable mediante la recolección de agua de niebla, lluvia y humedad. Esta iniciativa contribuye al desarrollo sostenible al mejorar la salud y el bienestar de los estudiantes, y promover la autosuficiencia hídrica, así como, la resiliencia climática.
Plan Nescafé (Nestlé de Colombia S.A): Impulsa la implementación de la agricultura regenerativa entre los caficultores que hacen parte de la cadena productiva de Nestlé, para garantizar prácticas sostenibles en sus cultivos y ofrecerles herramientas de formación para mejorar su productividad.
Plan de fomento lechero (Nestlé de Colombia S.A): Esta iniciativa implementada en regiones tradicionalmente ganaderas fomenta el desarrollo de la actividad ganadera, promoviendo un enfoque regenerativo que impacta en la restauración de los ecosistemas y en la prosperidad y calidad de vida de los ganaderos.
PLEIA, life after life (Pleia): Ofrece servicios funerarios sostenibles para mascotas, empleando biotecnología de compostaje. Hasta la fecha, han transformado más de 27 mil cuerpos en abono orgánico y plantado más de 25 mil árboles en sus centros de reforestación.
Protección climáticamente inteligente para el agro (Compañía de Seguros Bolívar S.A.): Busca aumentar la resiliencia de los pequeños productores del agro frente a riesgos climáticos, cerrando la brecha de protección y contribuyendo a la generación de ingresos para las familias más vulnerables, con seguros paramétricos que cubren exceso y déficit de lluvias.
Proyecto REDD+ AWIA TUPARRO +9 (CO2CERO): Este proyecto de carbono busca la reducción de emisiones vía evitar la deforestación y la degradación, a través del desarrollo forestal sustentable, impactando positivamente a las comunidades que han logrado la conservación de ecosistemas estratégicos, como el bosque húmedo tropical, humedales temporales o permanentes y sabanas inundables.
Reciclene como facilitador de la circularidad de los plásticos (Reciclene): Desde 2021, con la planta de reciclaje de plásticos flexibles más grande de Colombia, aporta a la economía circular, con un modelo que involucra a los recicladores de oficio y gestores, quienes recolectan el plástico posconsumo que viene de los hogares, los comercios y las industrias, para ser transformados en resinas certificadas 100% de alta calidad que son usadas para fabricar nuevos productos, incluyendo nuevos empaques.
Recolección Pavco Wavin (Mexichem Colombia SAS – Pavco Wavin): Promueve la comercialización de residuos de PVC, la gestión sostenible de residuos, la promoción de microempresas que transforman y aprovechan los residuos, ofreciendo empleo local y la apertura de la economía circular con cierre de ciclo.
Reefs of Unity (Chevron Petroleum Company): Trabaja en el fortalecimiento de capacidades de comunidades locales y actores clave en la conservación y restauración de los corales, capacitando a distintos actores sociales e institucionales en habilidades para la conservación de arrecifes.
Saving de Amazon (Información localizada S.A.S. Servinformación): Tiene como finalidad la restauración de diversos ecosistemas a través de soluciones climáticas basadas en la naturaleza, trabajando de la mano con comunidades nativas, en pobreza multidimensional, preservando sus raíces culturales.
SiembraCo (AYCI SAS BIC): Con esta plataforma se busca combatir la emergencia climática usando tecnología avanzada e imágenes satelitales para promover la agricultura sostenible con agricultores de pequeña escala. Fomenta el uso de bioinsumos, reduciendo emisiones de carbono, aumentando la resiliencia climática, mejorando la productividad y la calidad de vida de los agricultores.
Tuchín: Un ecosistema etnoturístico (Davivienda): fortalece las capacidades turísticas y digitales de la comunidad Zenú con un programa integral que fomenta el turismo sostenible y bienestar financiero, logrando bancarizar al 55% de la población indígena. A partir de la educación financiera, se desarrolla un proceso con adopción de nuevas tecnologías, medios de pago, billetera digital y profundización bancaria.
Vaca Madrina (Alquería): Impulsa la reconversión ganadera con prácticas sostenibles, apoya el conocimiento, mejora la calidad y cantidad de producción, promoviendo la sostenibilidad social, económica y ambiental. A la fecha se han instalado 79 biodigestores y han logrado que la producción pase de 2,1 a 4 litros por vaca, mejorando la productividad y los ingresos de los beneficiarios.
Con el firme propósito de transformar la educación en las regiones más remotas de Colombia, el Gobierno Nacional ha implementado un ambicioso plan de mejoramiento de infraestructura educativa en la Orinoquía y la Amazonía. Durante los últimos dos años, se han entregado 96 proyectos de construcción y ampliación de colegios en ocho departamentos, fortaleciendo el acceso y la calidad educativa para miles de niños, niñas y jóvenes.
Impulsando la Educación Rural
El Plan Nacional de Mejoramiento de Espacios Educativos, integrado en el Plan Nacional de Desarrollo, busca dotar a las comunidades rurales de espacios educativos dignos y adaptados a sus contextos geográficos y sociales. En este marco, el Ministerio de Educación ha llegado a los departamentos de Amazonas, Caquetá, Meta, Guainía, Guaviare, Putumayo, Vichada y Vaupés, que representan más del 40% del territorio nacional.
La ejecución de estas obras ha supuesto un reto logístico y ambiental, debido a las dificultades de acceso y la necesidad de preservar el medioambiente en estas regiones. No obstante, el compromiso gubernamental se refleja en la finalización de 96 proyectos, que incluyen 4 colegios nuevos o ampliados y 92 mejorados, con una inversión total de 66.959 millones de pesos. Estas obras benefician a 17.784 estudiantes, mejorando sus condiciones de aprendizaje y fomentando su permanencia en el sistema educativo.
Cuáles fueron los departamentos beneficiados de la Orinoquía y la Amazonía?
Amazonas
2 colegios nuevos o ampliados.
2 colegios mejorados.
1.655 estudiantes beneficiados.
$32.065 millones invertidos.
Caquetá
13 colegios mejorados.
1.097 estudiantes beneficiados.
$2.340 millones invertidos.
Guainía
2 colegios nuevos o ampliados.
1 colegio mejorado.
1.205 estudiantes beneficiados.
$9.002 millones invertidos.
Guaviare
10 colegios mejorados.
797 estudiantes beneficiados.
$6.726 millones invertidos.
Meta
18 colegios mejorados.
5.402 estudiantes beneficiados.
$4.665 millones invertidos.
Putumayo
23 colegios mejorados.
4.402 estudiantes beneficiados.
$4.849 millones invertidos.
Vichada
15 colegios mejorados.
2.503 estudiantes beneficiados.
$3.870 millones invertidos.
Vaupés
10 colegios mejorados.
723 estudiantes beneficiados.
$3.440 millones invertidos.
Con estas acciones, el Ministerio de Educación reafirma su compromiso con una revolución educativa que promueve espacios dignos, modernos y contextualizados, atendiendo a las necesidades de todos los colombianos. Este esfuerzo contribuye al desarrollo sostenible de los territorios, respetando el medioambiente y construyendo una sociedad alrededor del agua, uno de los ejes fundamentales del Gobierno del Cambio en su Plan de Desarrollo. La apuesta por la educación en las regiones rurales es un paso decisivo hacia un país más equitativo y con mayores oportunidades para todos.