Hace ya 31 años, en 1985, Colombia por medio del Congreso de la Republica  proclamo el 9 de septiembre como el día de los Derechos Humanos

Por: Nicolás Montañez.

En 1950 La Asamblea General de Las Naciones Unidas, proclamo el  10 de diciembre como el día internacional de Los Derechos Humanos.  La fecha en Colombia  fue escogida 35 años después para su celebración en memoria de San Pedro Claver, un misionero español que llego a Cartagena en la época de la conquista para defender a los esclavos provenientes de África  que desembarcaban en el nuevo mundo.

No es raro que nuestro país haya reaccionado tan tarde en hacer esta proclama, pues desde la época en que se sugirió a los países adoptar una fecha para su celebración Colombia ya estaba muy involucrada en un conflicto que hasta nuestros días aún no se resuelve. La violencia política que más tarde desencadenaría en una especie guerra civil no declarada mantenía a las directivas del país bastante ocupadas en otros asuntos.

Debieron pasar más de treinta años para que se tuviera en cuenta una sugerencia tan importante, pues nuestro país realmente necesitaba un día por lo menos, para reflexionar y pensar en las personas que son vulneradas en sus derechos, recordemos que la declaración de Derechos Humanos fue proclamada en 1950 y fue adoptada por muchas naciones desde esa época.

Desde 1985,  Colombia se ha involucrado en el tema con varios personajes de nuestra vida pública ya sea por convicción o simplemente por figurar en determinada situación  donde fácilmente pueden verse vinculados al emitir conceptos y generar algún tipo de recordación entre la población.  Vale la pena recordar que nuestro país está entre los primeros del mundo en cantidad de minas antipersona sembradas por los diferentes participantes en el conflicto armado.

Pero ¿Cuánto sabemos sobre esta declaración de Derechos Humanos?, ¿Tenemos la suficiente información?  ¿Sabemos que son treinta puntos? ¿Que todos los humanos en el planeta los podemos seguir sin ser obligados y que nuestros gobiernos deben vigilar que estos se mantengan y cumplan?

Vamos a un caso cercano a nuestra cotidianidad, el Artículo noveno de la declaración dice “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.”  

Aun cuando Colombia ha asumido cumplir con seguir las directrices de la declaración, en la actualidad en nuestro territorio hay más de cinco millones de desplazados.  Un absurdo en un territorio tan extenso.  Son cinco millones de desterrados en su propia tierra, es como si no pudiésemos vivir con nosotros mismos, llevamos más de treinta años tomando conciencia y aun no lo logramos, ¿Será falta de educación formal? ¿Será que somos unos violentos por naturaleza y no aguantamos a los que no piensan igual a nosotros? ¿Sera que somos una cantidad de intolerantes? O ¿Seremos una cantidad de individualistas con ganas de apoderarnos de todo?

La Declaración de estos derechos no debe pasar de una exposición en carteleras o power point de grupo en una clase de civismo, tampoco debe ser recordada en un día al año, que por cierto no tuvo mucho despliegue.

Que difícil será pensar en un esperado y aclamado post conflicto con una mentalidad egoísta que ya parece ser una herencia genética desatada por falta de amor propio, irrespeto por la vida e intolerancia. De pronto nos hemos acostumbrado a vivir esperando una nueva noticia cada vez más grave y que uno o dos días después será superada por otra aun peor dejando en los archivos las reales causas de la actual situación.

Esta declaración de derechos pretende una forma de vida vista desde un punto pacífico y de una convivencia real entre humanos, entre personas.  Han pasado más de quinientos años desde que San Pedro Claver llego a Cartagena pretendiendo hacer ver que todos tenemos alma, que no es una cuestión de color o ideología, no es algo relacionado con poder, no está relacionado con un sistema económico, simplemente está planteado en vivir la vida de una forma tranquila, en paz, en comunidad y sobre todo sin pretender estar unos por encima de otros.